Josep Maria (Pepe) Álvarez se despidió este miércoles de la UGT de Cataluña con el sonoro aplauso de los 405 delegados que deciden el futuro del sindicato en Terrassa (Barcelona). El discurso de despedida fue la presentación del informe de gestión que cierra 26 años de mandato --“no estoy avergonzado de ello, todo el contrario”--, en el que el líder sindical reivindicó la actuación que mayores críticas le ha generado incluso para llegar a la cúpula del sindicato en España: su defensa del soberanismo.
De entrada, tildó de “idea maniquea” equiparar el derecho a decidir con el independentismo. Álvarez y el conjunto del sindicato pactaron una posición común sobre este delicado asunto. Su posición sobre el futuro de Cataluña parte de la “sentencia del Triunal Constitucional que mutiló un Estatuto votado en el Parlament y refrendado por las Cortes y los ciudadanos”.
Encargo para sus sucesores
El secretario general de UGT en España pidió a sus sucesores, la dirección bicefálica con Matías Carnero y Camil Ros, que trabajen de “forma conjunta para buscar puentes de encaje”. Una iniciativa en la que “caben todas las opciones que se debaten en la sociedad catalana”. Sin ir más allá. “Podríamos haber dicho más cosas, incluso suicidarnos como querían algunos y acabar con el sindicato dividido”, indicó. “Tenemos buen rollo, a pesar de lo que diga la gente”
Álvarez se despidió asegurando que en el congreso confederal “no ha habido ningún debate sobre el derecho a decidir, ni siquiera existían enmiendas ni propuestas en este sentido”.
Campaña contra el sindicalismo de clase
Visiblemente dolido, el líder español lamentó la “campaña brutal contra el sindicalismo de clase” que se estructura, entre otras, con la “difamación de los secretarios generales” y mantuvo que la UGT catalana luchará para conseguir un sindicalismo con más poder en las pymes y con un compromiso “claro con los trabajadores y los servicios públicos”.
Reivindicó Cataluña como un territorio de referencia dentro de la estructura sindical confederal por “no tener miedos a asumir retos”.
Cambios internos
“No tengáis miedo en cambiar lo que se deba cambiar”, dijo a Carnero y Ros. UGT de Cataluña inicia una época de cambios. La nueva cúpula deberá ejecutar la fusión de sectores y adelgazar la organización interna para reforzar las federaciones, un reto en el que pisarán llagas.
Álvarez no tuvo problemas para sacar adelante el informe de gestión, que fue respaldado por la unanimidad de los delegados. Solo recibió algunas críticas muy veladas, como la de quien dijo que era un “árbol muy grande, y el problema de los árboles grandes es que debajo no crece hierba”.
Al final, recibió una ovación.