La recuperación económica de España sigue su inercia expansionista iniciada a finales de 2014, pero los últimos datos de la confianza del consumidor y el desvío hasta el 5,16% de las cuentas públicas enfría los avances de crecimiento previstas. Por el momento, siguen vigentes las estimaciones del 2,7% del FMI y la OCDE y el 2,8% de la Comisión Europea. Los analistas consultados indican que la cifra final estará más cercana al 2,5% que al 3%.
No es dato malo, pero sí que tendrá su repercusión en el punto flaco de la economía española: el empleo. España ha mejorado, el dato de paro de marzo publicado este lunes por el Ministerio de Empleo mostró un descenso del 1,4% de las personas inscritas en el antiguo Inem (la cifra final se situó en los 4.094.770 personas), pero con un empleo más precario, aún en cabeza de la Unión Europea.
Datos del Eurostat
La tasa de paro de los países de la zona euro en febrero --el Eurostat da a conocer los datos con un mes de retraso-- se situó en el 10,3%, mientras que en España llegó al 20,4%. Solo la supera Grecia, con el 24% registrado en enero (aún se demora más que el conjunto de la UE).
Le sigue Croacia, con el 15,1%, y Chipre, con el 12,6%. En el otro extremo del ranking se encuentran Alemania, con una tasa de tan solo el 4,6%, República Checa (4,5%) y Reino Unido (5%), aunque este dato corresponde a diciembre del pasado ejercicio: los británicos son los más lentos en compartir sus cifras de desempleo.
El Eurostat alertó en el informe publicado sobre el alto paro juvenil de España, que alcanzó el 45,3% en febrero.
Alerta en el consumo
Para crear empleo con el ímpetu previsto por el Gobierno en funciones es requisito indispensable el optimismo económico del conjunto de la ciudadanía. El escenario de los últimos tres meses es precisamente el contrario, según la radiografía presentada también este lunes por el CIS.
El índice de confianza de los consumidores lleva tres meses en negativo al pasar de los 107,4 puntos de diciembre a los 92,6 registrados en marzo, el valor más bajo de los últimos 14 meses. La peor parte se la lleva la radiografía sobre la situación actual del país, ya que los datos recogidos la sitúan en 85,6 puntos frente a los 95,2 de diciembre y se convierte en el dato más bajo en un año.
La expectativas previstas para los próximos meses también se enfrían: el indicador pasó de los 105,7 puntos a los 99,6 en tres meses. Por todo ello, se espera que el parón del consumo vaya a más que la desaceleración prevista inicialmente.
Retraso de inversiones
El estudio sobre la confianza de los consumidores no analiza los motivos del creciente pesimismo social, aunque hay coincidencia en los analistas en señalar que la inestabilidad política ha hecho mella en España. El economista José Carlos Díez recuerda que una de las reacciones empresariales de manual ante incógnitas como la actual en la creación de un nuevo Gobierno es "aplazar inversiones". Por lo que se ralentiza aún más la recuperación. "La gente tiene sentido común ante un gasto", añade el presidente del Consejo General de Colegios de Economistas, Valentí Pich.
La puntilla final a este nuevo escenario macroeconómico es el déficit público del 5,16% con el que ha cerrado 2015, casi un punto por encima del límite comprometido con Bruselas. Obliga a un recorte extraordinario en el capítulo de inversiones públicas. Es decir, menos gasto público con el consiguiente impacto, de entrada, en la construcción. Las previsiones más optimistas señalaban que la recuperación del sector más afectado por el fin de la burbuja inmobiliaria iba a ser una de las palancas de avance del PIB en este ejercicio y en 2017.
Continuidad de la política de estímulos
La Comisión alertó en el informe de invierno sobre la economía española que el problema del déficit estructural del país continuaba, por lo que recomendó completar las reformas para corregir los "desequilibrios macroeconómicos".
España se debe apretar el cinturón y ya no contará con el estímulo extraordinario que supuso la caída en picado del precio del petróleo a lo largo de 2015. El precio del Brent, el de referencia en Europa, se ha consolidado entorno a los 38 dólares por barril.
Banco Central Europeo
Todas las miradas están puestas ahora en Mario Draghi. El crecimiento del PIB ha perdido ímpetu en el arranque del ejercicio, pero aún presentará un avance del PIB. El principal obstáculo con el que la evolución económica se puede topar es con el fin del programa de compra de deuda pública del Banco Central Europeo (BCE). Sin esta asistencia, se estima que el frenazo de la recuperación sería mayor porque el PIB crecería en torno al 1,5%. Y, en este escenario, el problema del paro será mayor.
España aún requiere que el BCE le eche una mano para limitar los estragos de la crisis.