Fin de la guerra entre patronales por la representatividad en Cataluña. La consejera de Treball, Dolors Bassa, ha dado carpetazo de forma definitiva a la batalla entre organizaciones que provocó el ex presidente Artur Mas al intentar meter mano al reparto de la fuerza en órganos de concertación social para conseguir mayor presencia de las fuerzas independentistas. Cecot, la patronal de Terrassa que preside el convergente Antoni Abad, queda fuera del reparto.
El decreto ley que firmó el ex consejero de Empresa y Empleo Felip Puig terminó en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) y con la renuncia de Foment de formar parte del consejo asesor del Servei d’Ocupació de Catalunya (SOC) como medida de protesta. Antes de que la justicia resuelva, Bassa decidió este viernes atribuir de forma provisional una cuota paritaria del 33% a Foment del Treball, Pimec y Fepime, las tres patronales que estaban a la greña.
Foment pierde a favor de Fepime
La que sale peor parada de la decisión maximalista de la consejera de ERC es la gran patronal, presidida por Joaquim Gay de Montellà. En el reparto original de la representatividad, el que hizo Jordi Pujol y estuvo vigente hasta la primera legislatura de Mas, mantenía el 75% del poder patronal en Cataluña frente al 25% que controlaba Pimec. Fepime forma parte de la cúpula patronal de Foment del Treball, por lo que ambas suman el 66%, la posición mayoritaria en términos de presencia institucional.
La patronal de las pequeñas empresas presidida por Josep González mantuvo su cuota cuando Fepime arrancó una cuota del 15% en los tribunales. Gay de Montellà ya le cedió en ese momento parte de su poder, aunque la concesión actual es total, en un ejercicio de independencia funcional que ha sorprendido en algunos ámbitos.
Acreditación final abierta
La Generalitat equipara a la gran patronal con Pimec y Fepime, presidida por María Helena de Felipe. En la resolución, la consejera indica que lo hace ante "la falta de acuerdo" de las organizaciones y la "imposibilidad de determinar de una forma objetiva" el reparto a pesar de "todos los esfuerzos del Govern de la Generalitat".
Bassa se quita de encima la guerra patronal de forma definitiva. En la misma propuesta de resolución que se hizo pública indica que las nuevas cuotas estarán "vigentes hasta que Foment del Treball, Pimec y Fepime lleguen a un acuerdo que concrete el grado de representatividad de cada una". También deja la puerta abierta a que "acrediten" un reparto distinto, sin dar más explicaciones de la forma en que deben ejecutarlo.
Puerta abierta
¿Valdrá presentar la afiliación de una empresa? ¿Y de empresarios a título individual? ¿Y los gremios? ¿Qué ocurre con la doble afiliación? La Consejería de Treball deja abiertas todas estas cuestiones. También es una manera de cubrirse las espaldas por si el TSJC indica que la representatividad empresarial se divide de forma distinta.
La Generalitat toma de nuevo distancia con el reparto de fuerzas entre los representantes empresariales. Con todo, la última palabra la tiene el Alto Tribunal catalán.