César Alierta (1945), presidente de Telefónica desde hacía casi 16 años, ha presentado de forma sorpresiva este martes su renuncia a seguir en la presidencia de la operadora española.
El ejecutivo abandona la primera línea de la cotizada, pero seguirá vinculado al día a día de la compañía desde el consejo de administración --donde está presente 1996, cuatro años antes de acceder a la presidencia-- y se centrará en “aportaciones en temas sociales y de progreso como es la educación digital y la presidencia ejecutiva de Fundación Telefónica”, indica la compañía en un comunicado dirigido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Transformación de Telefónica
En la misma información a los accionistas, la compañía agradece a Alierta la transformación de Telefónica a un “actor destacado en el sector de las telecomunicaciones en España y Latinoamérica” bajo su presidencia. Nacido en Zaragoza, el ejecutivo aterrizó en el grupo de telecomunicaciones desde la presidencia de Tabacalera. Se había encargado de la privatización de la compañía y de su fusión con la francesa Seita, de la que salió Altadis. Anteriormente, había presidido una agencia de cambio y bolsa, Beta Capital, de la que era el principal accionista.
Capitalizó la experiencia empresarial para convertir la antigua empresa pública de telecomunicaciones en un referente en el sector, tanto en los mercados de habla hispana como en países como Brasil y Alemania.
Decisiones que marcaron un precedente
Además de la expansión internacional, ha puesto en marcha unidades de negocio centradas en la innovación para que la compañía pueda seguir el trepidante ritmo que impera en el sector. Creó Telefónica Digital, el cerebro de la cotizada que consigue que siga en la vanguardia tecnológica.
También tomó decisiones que se convirtieron en tendencia para el resto de la competencia en España. Entre otras, la amortización de las licencias UMTS o poner el punto y final en la etapa de subvención de terminales en la operadora Movistar. También fue la primera compañía que lanzó las denominadas ofertas convergentes en el mercado (con servicios de telefonía fija, móvil y conexión a internet), un hito en la guerra por los clientes.
Álvarez-Pallete, el relevo
Mantener el alto nivel tecnológico de Telefónica será uno de los grandes retos del sucesor de Alierta. La transición en la primera silla de la compañía está atada.
José María Álvarez-Pallete, el hasta ahora consejero delegado de Telefónica / CG
El propio presidente saliente propondrá al consejo de administración de la operadora que tome su testigo el consejero delegado desde hace tres años, José María Álvarez-Pallete (1963). En el mismo comunicado al regulador, Alierta indica que se trata del “directivo más preparado para afrontar con éxito los retos que impone la revolución digital”.
Reunión del 8 de abril
El relevo en la cúpula de Telefónica se completará el próximo 8 de abril, cuando se reúna el consejo de administración para ratificar el nombramiento de Álvarez-Pallete, un ejecutivo que se incorporó a la cotizada a los 35 años, en febrero de 1999. Procedía de CEMEZ y fue nombrado director general de finanzas de Telefónica Internacional. Meses más tarde pasó a ocupar la dirección general de Finanzas Corporativas, cargo en el que fue confirmado cuando Alierta aterrizó en la presidencia.
Su larga trayectoria en la compañía le llevó primero a Latinoamérica, donde se encargó de desarrollar el negocio en el mercado hasta 2011. En ese ejercicio fue nombrado presidente ejecutivo de Telefónica Europa, donde estuvo un año hasta convertirse en el número dos de Alierta.
El fomento a la innovación y la emprendeduría han estado muy presentes en su gestión. Es uno de los ejecutivos que participaron en impulsar el programa Wayra.