El número de tarjetas de crédito en circulación durante el pasado año aumentó un 3,65%, lo que se tradujo en 44,82 millones de 'plásticos' repartidos entre las carteras de los españoles, según los datos del Banco de España. Si bien la concesión de las tarjetas de crédito está subordinada a un estudio de riesgo previo por parte del banco, por lo que deberían ser más difíciles de conseguir que el resto, lo cierto es que casi duplican el número de tarjetas de débito, que al cierre del pasado ejercicio sumaron un total de 25,10 millones.
La amplia variedad de ofertas, la posibilidad de conseguirlas sin tener que abrir una cuenta corriente nueva, gracias a las tarjetas de crédito sin cambiar de banco, sus facilidades de pago y su versatilidad (muchas de ellas pueden ser utilizadas también a débito) han propiciado su éxito.
Sin embargo, no todas las solicitudes acaban siendo aceptadas; son muchos los clientes que ven como la banca les deniega una y otra vez su 'plástico'. Pero ¿cuáles son los motivos? El comparador de cuentas sin comisiones HelpMyCash.com nos trae cuatro razones que pueden justificar la denegación de una tarjeta de crédito.
Falta de relación previa con la entidad
En muchas ocasiones, la falta de una relación previa con la entidad puede ser motivo de rechazo. No solo con las tarjetas de crédito, también con los préstamos o las hipotecas. Si bien es cierto que los bancos disponen de herramientas para comprobar la situación del deudor, como el CIRBE o Asnef, al banco le resulta más fácil evaluar la solvencia de un usuario que lleve tiempo siendo cliente de la entidad que de otro que no lo sea. Es probable que algunos bancos no acepten solicitudes de clientes que no llevan como mínimo unos meses entre sus filas.
En caso de urgencia, si el banco rechaza nuestra solicitud, podemos acudir a las financieras que conceden tarjetas sin cambiar de banco. Actualmente, existe una oferta amplia de tarjetas de crédito independientes sin cuotas anuales, lo que viene a decir que son gratis. Además, este tipo de productos suelen incluir ventajas especiales como la devolución de una parte de las compras, regalos o seguros extra. Es el caso de la Tarjeta Bankintercard que devuelve un 5% del importe de las compras aplazadas el primer año y un 3% los siguientes, de la Nueva Visa Barclaycard que retorna el 1% de todas las compras abonadas con el 'plástico', sin necesidad de que se paguen de forma fraccionada, o de la Tarjeta de crédito de bancopopular-e que, además de incluir seguros gratuitos, regala 25 euros tras la primera compra o retirada de efectivo.
Ingresos recurrentes escasos
Las tarjetas de crédito, a diferencia de las de débito, están ligadas a una línea de crédito, es decir, que el cliente tiene acceso a una 'bolsa' de dinero que no es suyo, sino del banco, y que a medida que vaya usando, tendrá que ir devolviendo. Por ello, su concesión está condicionada a la situación del solicitante.
La falta de ingresos que garanticen nuestra solvencia y capacidad de devolución, así como una relación desfavorable entre entradas de dinero y gastos pueden ser motivos más que suficientes para que nos denieguen el 'plástico'.
Sobreendeudamiento, otro motivo de rechazo
Acumular una gran cantidad de deudas puede cerrarnos las puertas a cualquier tarjeta de crédito. La banca y las financieras difícilmente concederán un producto crediticio nuevo a alguien que ya acumula varias deudas en su cartera.
Recordemos que no debemos dedicar más del 35% de nuestros ingresos a satisfacer el total de nuestras obligaciones de pago, a menos que tengamos unos ingresos elevados.
Aparecer en Asnef
Lo primero que hará cualquiera emisor de tarjetas antes de dar el 'sí quiero' será comprobar si nuestro nombre figura en un registro de morosos como Asnef. En caso afirmativo, nuestras posibilidades de conseguir una tarjeta de crédito bancaria se reducirán al mínimo. No importa que la deuda sea antigua, de bajo importe o con una empresa ajena al sector financiero. La banca suele ser muy reticente en este sentido. Así que, si estamos incluidos en Asnef y necesitamos una tarjeta, el primer paso será cancelar la deuda y solicitar que borren nuestro nombre de la 'lista negra'.
En definitiva, si queremos conseguir una tarjeta de crédito tendremos que contar con un historial crediticio limpio, no tener impagos a la vista y, si acudimos al banco, haber tenido una relación previa con la entidad que sirva para corroborar nuestra solvencia.