Josep María (Pepe) Álvarez suma el primer contratiempo en el plan de gobierno presentado la semana pasada para liderar UGT. La sindicalista andaluza María Charpín anunció casi a la medianoche de este viernes por carta que pedía la “suspensión temporal” de sus responsabilidades en la cúpula de la organización por el reguero de críticas que sucedieron a su elección como miembro de la Comisión de Garantías en el 42 Congreso Confederal del sindicato por su presunta relación con el caso de los ERE.
Charpín fue detenida e investigada en 2014 en el marco de una operación policial con el fin de esclarecer la supuesta financiación irregular de la federación andaluza de UGT, una instrucción que aún está abierta. Posteriormente, fue puesta en libertad sin cargos.
Paso atrás
La sindicalista afirma en la carta, remitida al nuevo secretario de Organización confederal, Rafael Espartero, que “las acusaciones llevadas a cabo por el Juzgado de Instrucción número 9 de Sevilla han provocado numerosos artículos en la prensa diaria hacia mi persona” y asegura que prefiere “dar un paso atrás y, en todo lo que esté en mi mano, no dañar las siglas de mi organización”.
De cara a la galería, la “suspensión temporal” de los cargos de Charpín tiene lugar a petición propia.
Intento de positivar la renuncia