Las reglas de juego en los lugares de trabajo han cambiado gracias a la evolución tecnológica. La conexión a internet ha permitido trabajar desde distintos puntos sin perder la información y, en consecuencia, se han desarrollado nuevos conceptos de trabajo como el flexworking, trabajar sin un horario rígido y desde casa.
Durante años diversos expertos han pronosticado que el teletrabajo sería la normalidad, pero la realidad se ha revelado mucho más matizada de lo que se esperaba. En algunos sectores, como las grandes corporaciones o las nuevas start-ups --lideradas por los 'millennials'--, han adoptado esta nueva práctica, pero en España, donde la mayor parte del tejido empresarial está formado por pequeñas y medianas empresas (pymes) no se ha conseguido implantar este modelo de trabajo a distancia y sin horarios.
En el caso de las pymes, como en el del sector de los servicios, el lugar de trabajo sigue estando muy arraigado, dando mucha importancia a la presencia física de los empleados.
Vuelta a la oficina
Según los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de empleados que trabajan a tiempo fijo o parcial desde su hogar ha descendido en más de 95.000 personas entre 2013 y 2014.
En la misma línea, la empresa de recursos humanos Adecco calcula que en 2015 se habría reducido en otras 20.000 personas el número de empleados que trabajan desde casa. Algo que demostraría que, con la crisis, los empresas han vuelto a sus hábitos tradicionales.
Casos de éxito
Desde la Fundación Máshumano trabajan con una red de 17 empresas que sí que aplican el flexworking con resultados muy positivos. Entre éstas, se encuentra Acciona, Atento, Bankinter, Banco Santander, Línea Directa, Microsoft, Orange, Unilever, SGS España, Wolters Kluwer, Unify o Cepsa.
Carla Pérez, responsable de comunicación de la Fundación, explica a este medio que se ha normalizado el concepto en muchas empresas: “Ahora hablar de flexworking es una cosa muy normal dentro de las empresas. Además es una práctica que algunas grandes empresas, como Microsoft o Unilever, llevan aplicando desde sus orígenes”.
Por su parte, la compañía Orange empieza a aplicar este concepto y el Banco Santander, “que por su volumen, tamaño y negocio, siempre ha sido más presencial”, lleva nueve meses con un trabajo de flexworking “con unos resultados impresionantes”, añade Pérez.
Más allá del sector tecnológico
No es, sin embargo, un tema exclusivo de las empresas tecnológicas. La aseguradora y call center Línea Directa aplica políticas de flexibilidad en las que sus operadores trabajan desde casa. Y la petrolera española Cepsa también ha pasado de una cultura 100% presencial a casi el 100% en flexworking.
IBM, AT&T, Kraft, First Tennessee, KPMG, Kodak, son otras de las empresas internacionales que aplican medidas de flexworking en sus empresas. En estos casos, las fórmulas pueden variar: desde el flextime, que permite trabajar menos de cinco días; el flexplace, trabajar desde distintos lugares; el job-sharing, intercambiar tareas; o leave, que son periodos sin trabajar no remunerados.
El presidente de la consultora 3G Office, Francisco Vázquez, explica a Crónica Global que "antes el trabajo era un sitio o una máquina, pero ahora es una actividad". "El flexworking es una realidad. En algunas empresas se han dado cuenta y lo han aceptado, y en otras, desgraciadamente, todavía no lo han aceptado".
"Hemos hecho revisiones a más de 100 empresas en 18 países y en todos los sectores, y apenas un 50% de los puestos de trabajo que tradicionalmente se asignaban al trabajador están ocupados. El otro 50% la gente ya no está. Es decir, no es una moda, es una realidad", concluye Vázquez.
El perfil de los 'flexworkers'
La portavoz de Máhumanos sostiene que el perfil de empleados del flexworking es muy transversal: "No es como la jornada reducida, no solo se acogen las madres con hijos. Al contrario, promueve la igualdad de oportunidades".
Las nuevas generaciones son las que más demandan esta forma de trabajar: "El talento nuevo requiere eso. Ya no entienden que tengas que estar de 9 a 14h y de 16 a 18h en el mismo sitio", zanja Pérez.
Beneficios empresariales
Los principales beneficios empresariales de esta práctica, según Social Human Resource Management, son el aumento de la productividad; la mejor retención de los empleados; la capacidad de alcanzar los objetivos de diversidad; una mejora en la responsabilidad social; y que aumenta la satisfacción del consumidor y la percepción de control.
Por su parte, Pérez, que lleva seis años trabajando con la red de empresas en este ámbito, añade que conlleva “una política de trabajo por objetivos mucho más clara y un nivel de corresponsabilidad mucho más elevado”.
Es un intercambio laboral en el cual la empresa confía en el trabajador, y el trabajador en la empresa, y en la que son los objetivos y no la presencia lo que mide el grado de cumplimiento con el trabajo.