UGT de Cataluña renovará en tres semanas la dirección del sindicato tras 26 años de mandato de Josep Maria (Pepe) Álvarez, el nuevo líder de la organización en España. La propuesta de una cúpula con Matías Carnero como presidente y Camil Ros como secretario general será la única que se someta a ratificación en el congreso que se iniciará el próximo 7 de abril. Los pisotones en la organización vendrán a la hora de elegir a los que se sienten a su lado en el Secretariado Nacional.
Los sindicalistas que se han postulado en las últimas semanas, tanto para ser los futuros altos ejecutivos de la organización como a las personas de su máxima confianza, ha crecido. El problema, según fuentes de su entorno, es que los dos dirigentes deberán hacer encaje de bolillos si quieren contentar a todas las corrientes de la organización.
Sindicalistas de confianza
Son muchos los que aspiran a formar parte de la cúpula sindical. Los primeros que esperan que los nuevos responsables de UGT de Cataluña les mantengan en sus ámbitos de referencia son los sindicalistas a los que Álvarez aupó, personas de su más estrecha confianza.
Carnero y Ros tienen a su propio equipo, que ahora podía promocionar, a los que se suman los sindicalistas que han ejercido un papel activo en las federaciones y que ven peligrar su competencias por la fusiones de sectores que se ejecutará en los próximos años en la organización.
Secretariado ágil
El futuro presidente de UGT dejó claro a principios de mes que su plan ideal es que el próximo secretariado de la organización sea “lo más ágil posible en la toma de decisiones” con mayor poder para las federaciones, por lo que no debería superar las 14 personas actuales. La lista de postulados supera con creces esta cifra. Además, manifestó abiertamente su intención de reducir el número de asesores.
Carnero y Ros tienen trabajo para solucionar los “nervios” de los cuadros de la organización. Si lo consiguen a lo largo de las próximas tres semanas, el congreso de la UGT de Cataluña será de cara a la galería una balsa de aceite.
Mayor distancia con el ‘procés’
Incluso se ha desactivado la corriente interna que pedía unas primarias para escoger al líder que tomara el relevo de Álvarez al frente de la UGT de Cataluña.
La fórmula de Carnero, un líder en su centro de trabajo (Seat) como presidente ejecutivo y Ros, forjado en la cocina del sindicato, como número dos unido a la distancia cada vez mayor del sindicato con el procés ha encajado en las bases de la organización.