El panorama del ahorro está cambiando y, poco a poco, las opciones para el ahorrador más tradicional van desapareciendo.
Primero se evaporaron las cuentas vivienda, que ya no comercializa casi ningún banco. En seguida, los depósitos a plazo y las cuentas de ahorro redujeron paulatinamente sus intereses hasta alcanzar la actual media raquítica del 0,5 %. Y más tarde, las cuentas corrientes empezaron a cobrar comisiones por servicios que antes prestaban gratis, como el de los cajeros.
La única salida, según expertos como Tomàs Muniesa de VidaCaixa, pasa por “arriesgarse para obtener rentabilidad”. En otras palabras, parece que a partir de ahora el pequeño ahorrador que quiera obtener beneficios sobre su dinero deberá contratar productos como fondos de inversión o planes de pensiones, que no garantizan el interés obtenido y, muchas veces, tampoco el capital invertido.
Pagar por tener dinero en el banco
Los tipos bajos, que tanto están ayudando a los hipotecados a pagar menos gracias a un euríbor negativo, son también los responsables de que muchas personas ya estén pagando cada mes solo por tener su dinero en un banco. Es decir, en 2016 estamos en una especie de mundo al revés: los bancos llegan a pagar intereses si les pedimos dinero y llegan a cobrarnos si se lo llevamos.
Por ejemplo, un ahorrador que tenga su dinero, sea el que sea, “quieto” en una cuenta corriente que no le dé rentabilidad pero sí le cobre comisiones, obviamente, ya está perdiendo dinero.
Las comisiones
Pero también puede perderlo una persona que tenga sus ahorros al 0,50% en una cuenta ahorro. Si por ejemplo esa persona tiene 5.000 euros en esa cuenta durante un año, generaría unos beneficios netos de unos 21 euros, que pueden evaporarse entre comisiones de mantenimiento de la cuenta (hasta 80 anuales, según la entidad), de la tarjeta (hasta 30 euros anuales) o el uso de cajeros de otras redes de cajeros (entre 0,80 y 4 euros cada uno). Es decir, aun las cuentas o los depósitos con rentabilidad, en 2016, pueden tener más gastos que beneficios.
Por supuesto, el mercado bancario todavía permite obtener servicios de forma gratuita, sobre todo a los clientes más vinculados, con nómina o un buen patrimonio, pero sin duda la tendencia reconocida es a cobrar cada vez más intereses, a excepción como siempre de los bancos online, que mantienen sus políticas de comisiones cero.
Muniesa disparó algunos titulares para concienciar del cambio de paradigma durante la última presentación de resultados de VidaCaixa. Según su consejero delegado, "antes se vivía de los intereses para dejar el capital a los herederos. Ahora cuando uno muera los hijos estarán ya jubilados. Es mejor ayudarles hoy. Uno se puede ‘comer’ una parte del capital y con el resto arriesgar. A 20 o 25 años vista da más retorno la renta variable que la fija y se puede llegar a rentabilidades de 4% o el 5%. Hemos de acostumbrarnos a que el mundo es diferente", explicó animando a arriesgar, dando por muertos los intereses a plazo fijo.
Otro mito que Muniesa quiso desmontar fue el del trocho: "La vivienda como garantía de una mejor jubilación está en entredicho", dijo. “Ya no podemos contar con que los pisos “siempre suben”.
Gestionar el patrimonio
Y por último, se encargó de matar la esperanza de mantener las pensiones que, como avisan desde distintos frentes, difícilmente serán equivalentes al último salario en activo. "El ciudadano empieza a ser consciente de la necesidad de ahorrar, pero a la vez debe entender que, en un entorno de tipos de interés bajos, ha de arriesgar para obtener rentabilidad y saber gestionar su patrimonio de cara a la jubilación”, explicaba el directivo.
En definitiva, el mensaje de la banca es que los tres pilares en los que se aguantaba el ahorro del español medio --depósitos, vivienda y pensiones-- tienen un futuro muy desdibujado. Queda claro que la rentabilidad, a partir de 2016, no vendrá sin riesgo y es el ahorrador conservador quien debe, uno, aprender a buscar bancos sin comisiones y, dos, decidir si quiere arriesgar en algo que la mayoría de la población no entiende para intentar ganar.