Los primeros meses del año son la época de las cuentas y, sobre todo, de la captación de nóminas. Para conseguirlo, la ingeniería comercial de los bancos dedica grandes esfuerzos en seducir a los posibles nuevos clientes y en anunciar las mil y una ventajas de sus cuentas corrientes. Rentabilidad, devolución de recibos o exención de comisiones son algunos de los ganchos más utilizados para incentivar la apertura de cuentas. Sin embargo, desde el comparador de cuentas sin comisiones HelpMyCash.com señalan que por muy atractivas que resulten, antes de iniciar una nueva relación con el banco es importante leer la “letra pequeña” para evitar disgustos en el futuro.
Alta rentabilidad, pero pocas ganancias
Según los últimos datos del Banco de España, el interés medio de los depósitos constituidos en enero fue del 0,35 % y el de las cuentas a la vista, del 0,10 %. Entonces, ¿cómo es posible que haya cuentas o plazos fijos que lleguen, incluso, hasta el 5 % TAE? La respuesta está en la limitación que fijan los bancos en cuanto al saldo máximo remunerable. Al fijar un techo bajo, la banca se asegura de que por muy alta que sea la rentabilidad, no tendrá que abonar unos intereses excesivos. Otra forma de compensar una remuneración elevada es mediante las comisiones o el coste de los productos vinculados.
Por ejemplo, el Nuevo Depósito Nómina Gasol de Popular, pensado para aquellos clientes que domicilien una nómina o pensión en la entidad y contraten un seguro, tiene una rentabilidad del 5 % TAE y un saldo máximo remunerable de 6.000 euros, por lo que los intereses máximos serán de 300 euros brutos, a los que habrá que descontar impuestos y el coste de los seguros.
Sin embargo, si no hay productos vinculados, siempre se puede aprovechar la alta rentabilidad de estas cuentas para rentabilizar una parte de nuestro capital y el resto depositarlo en otro producto. La Cuenta Nómina de Bankinter, también al 5 % TAE durante 12 meses y luego al 2 % durante el segundo año, tiene un saldo máximo remunerable de 5.000 euros, pero no requiere contratar ningún producto vinculado, por lo que puede ser una opción interesante para rentabilizar esa cantidad de dinero
Tarjetas gratis, pero solo el primer año
Un truco muy habitual de la banca para promocionar sus tarjetas es anunciar que son gratis. La pregunta es: ¿hasta cuándo? Lo ideal es que estén exentas de cuotas de emisión y de renovación, es decir, que sean gratis año tras año; sin embargo, algunas entidades en su “letra pequeña” especifican que la tarjeta es únicamente gratis el primer año o solo si se realiza un consumo mínimo anual, así que cuidado, ya que no leer las condiciones puede acabar desembocando en un gasto inesperado.
Encontrar una cuenta que incluya las tarjetas de crédito y débito gratis no debería resultar difícil. La mayoría de los bancos online no cobran a sus clientes por las cuotas de la tarjeta. Es el caso de Openbank, ING Direct, imaginBank o Self Bank.
Cuidado con el coste de los regalos
Este es otro gancho habitual. Desde televisores hasta vajillas, pasando por las últimas novedades tecnológicas como móviles, tabletas o smartwatchs. Algunas entidades como CaixaBank o Popular suelen apostar por este tipo de estrategia. Sin embargo, antes de aceptar un regalo es importante hacerle tres preguntas al banco: primero, ¿hay gastos de envío?; segundo, ¿hay que asumir un período de permanencia?; y, tercero, ¿a cuánto ascienden los impuestos?
Recibir un regalo del banco por domiciliar nuestra nómina está gravado y tributa ante Hacienda. Los rendimientos en especie por la cesión de un capital a terceros, en este caso al banco, están sujetos a un ingreso a cuenta que practicará la entidad en el momento de la entrega del regalo, normalmente del 19 %. Así que hay que valorar si estamos dispuestos a asumir este gasto que quizá no esperábamos. Por otra parte, hay que cerciorarse de quién asumirá los gastos de envío y a cuánto ascienden. Lo ideal es que sea la entidad quien corra con los gastos, pero no siempre es así. Y, por último, hay que tener en cuenta que aceptar un regalo implica, por lo general, aceptar una permanencia de entre uno y dos años, es decir, “casarse” con el banco.
Devolución de una parte de las compras… aplazadas
Es habitual que la banca promocione sus tarjetas de crédito incluyendo la devolución de un tanto por ciento sobre el importe de las compras abonadas con el plástico. La desventaja es que, normalmente y salvo en contadas excepciones, la bonificación solo se aplica sobre las compras pagadas a plazo, por lo que los intereses siempre serán superiores a la devolución. En cualquier caso, son una muy buena opción si se pretende aplazar el pago de una compra, ya que el descuento implica un coste mucho menor de la operación, pero no para los gastos habituales. Pagar constantemente a crédito y no llevar un control adecuado puede desembocar en una espiral de deudas de la que será difícil salir.
Sin comisiones… ¿y ya está?
La mayoría de los bancos comercializan una cuenta sin comisiones, por lo que ya no deberíamos tener que pagar por el mantenimiento y la administración ni tampoco por la operativa básica (transferencias o ingreso de cheques). Menos aún si tenemos la nómina domiciliada en la entidad. Por lo que, ¿por qué conformarse únicamente con no pagar comisiones si podemos conseguir muchas otras ventajas? Antes de abrir una cuenta, nunca está de más consultar un comparador de cuentas bancarias sin comisiones para averiguar todo lo que se puede ganar y exprimir al máximo nuestra relación con el banco.