El gobierno municipal que comanda Ada Colau en Barcelona ha sugerido el martes que zanjar la huelga de Metro de Barcelona, que mañana vivirá su segunda jornada, conllevaría subir tarifas si se aceptan las demandas de los empleados. La concejal de Movilidad, Mercedes Vidal, ha cargado contra las demandas "irresponsables" del comité de huelga, con quien entabló una negociación que duró hasta la madrugada del miércoles y que acabó sin acuerdo.

Vidal ha revelado que los trabajadores han planteado aumentos salariales de hasta el 3%, lo que "hace imposible cualquier acuerdo sin subir tarifas o impuestos". La también presidenta de Transports Metropolitans de Barcelona ha defendido que el equipo de gobierno de BComú trabaja "para el interés general, que es reducir los billetes".

Pelota al tejado de la Generalitat



Ante el nuevo paro del subterráneo convocado para el miércoles, la concejala ha subrayado que fijar los servicios mínimos es responsabilidad de la Generalitat de Cataluña. Ante la pregunta sobre si ha pedido incrementarlos, Vidal ha rechazado responder, emplazando de hecho al departamento de Trabajo, que dirige la convergente Dolors Bassa, a mover ficha.

"Barcelona tiene una dotación de transporte público excelente, que permite aguantar una huelga como la que se vivirá mañana", ha recordado Vidal.

Tranquiliza al Mobile

Precisamente, ante el enfado de los organizadores del Mobile World Congress (MWC) por la huelga, la edil ha lanzado un mensaje de tranquilidad: "Estamos en contacto con GMSA --organizador de la feria-- permanentemente, y la voluntad es que el Mobile funcione lo mejor que pueda".

No obstante, la directiva de TMB sí ha recomendado a los asistentes al congreso y vecinos de Barcelona que usen "medios alternativos de transporte" el miércoles ante la frecuencia reducida de los convoyes.

Cabe recordar que la Generalitat ha fijado los servicios mínimos de la huelga de trabajadores del metro en el 50% de las frecuencias de paso en las horas punta (de 06:30 a 9:30 horas y de 16:00 a 20:00). En las franjas con menos afluencia de pasajeros, sólo pasarán uno de cada tres trenes.