El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona también ha conseguido que el sector del taxi se posicione en su contra en la gestión de la movilidad urbana en el Mobile World Congress (MWC). A pocas horas del disparo de salida de la feria tecnológica más importante de Europa, las asociaciones de conductores han emitido un comunicado conjunto en el que auncian que no reforzarán el servicio para contrarrestar los efectos de las huelgas de metro y autobuses convocadas durante el certamen.

Los taxistas ven “innecesario incrementar en unos 2.100 los taxis diarios el servicio que prestan en la ciudad”. Aseguran que el exceso de oferta “perjudicaría la rentabilidad del taxi, incrementará la densidad del tráfico en una semana muy complicada para la movilidad y hará aumentar los niveles de contaminación en la ciudad”.

Servicio sin interrupciones

Alegan que los paros anunciados por los trabajadores del metro y por parte de la plantilla de autobuses (la convocatoria del bus la realizan los sindicatos minoritarios) no coinciden en el mismo día y “los servicios mínimos marcados no dejan sin servicio ninguna franja del día”.

En el metro se ha decretado la circulación del 50% de convoyes en hora punta y del 30% fuera del horario, “por lo tanto siempre hay servicio”. Los paros del autobús son menores, sólo de dos horas por turno (mañana, tarde y noche) con un 20% de servicios mínimos.

Refuerzo en el turno de tarde y madrugada

Las asociaciones de taxistas recuerdan que el departamento de Movilidad del ayuntamiento ya ha liberado el servicio de las seis de la tarde a las seis de la mañana, por lo que todos los conductores que lo deseen podrán salir a la calle. Es el momento de máxima demanda de los congresistas, cuando salen de la feria y empiezan su particular after work.

Alertan al ayuntamiento y a Ada Colau, como presidenta del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), que si no rectifican y permiten que todos los conductores de taxis salgan a la calle durante todas las horas del día “el sector muy probablemente hará algún tipo de acto de protesta (manifestaciones, marcha lenta, bloqueos a aeropuerto, rondas, feria…)”, algo que significaría la guinda del pastel a los fallos en la negociación con los operadores del transporte público de Barcelona por parta del equipo de BComú.

Los taxistas consideran que ellos pagarán las consecuencias de la huelga de metro y autobús, y creen que poner más coches en las calles para contrarrestar estas propuestas laborales no es la mejor decisión. Colau debe mover otra ficha.