Más presión a Celsa. Mientas la banca acreedora del gigante siderúrgico le apremia a que suelte lastre por el elevado nivel de deuda que acarrea, tal y como avanzó Crónica Global este lunes, el auditor ha dado un varapalo a la familia Rubiralta por no reconocer en sus cuentas 840 millones de euros en pérdidas.
EY advierte en su informe contable que las inversiones que se realizaron en época de bonanza económica para expandir la actividad en todo el mundo valen prácticamente cero actualmente.
2.700 millones de deuda financiera
Adaptar los libros del grupo a la nueva realidad deja a Celsa en una situación muy complicada. La deuda financiera actual alcanza los 2.700 millones de euros y las entidades que se reparten los créditos de forma sindicada no autorizan una nueva prórroga de la devolución. Los resultados operativos de la compañía son positivos, pero el elevado nivel de deuda y la imposibilidad de refinanciarla apremian a los Rubiralta a sacar las tijeras.