El Ejecutivo multipartito que parece que se avecina tras el 20-D abre incógnitas en la política sanitaria. Pero si se analiza lo ocurrido tras las elecciones autonómicas, la experiencia muestra acuerdos y desacuerdos de todos los colores, pero que, en cualquier caso, no han llevado a la paralización del sistema.
No obstante, el choque será frontal en el caso de partidos como ERC y HB-Bildu, que abogan por el “soberanismo sanitario” y no lo desligan en sus programas del objetivo de la independencia. En el caso de los nacionalistas Democràcia i Llibertat (antigua CDC) y PNV, las reivindicaciones se centrarán en pedir las escasas trasferencias pendientes. Nada que no pueda esperar.
Tarjetas sanitarias
La universalización y devolución de las tarjetas a sin papeles es de entrada uno de los principales puntos de desencuentro. Es algo imprescindible para PSOE y Podemos. C's reclama un consenso político sobre la cuestión, manteniendo en principio la no concesión de tarjetas pero dejando la puerta abierta a concederlas si el acuerdo es total, y PP mantendría la situación actual.
El PP tampoco quiere modificar el modelo actual de copagos, mientras que PSOE y Podemos buscan reducir el farmacéutico y acabar con él para determinados colectivos. Ciudadanos ha dejado caer la posibilidad de permitir a las autonomías introducir nuevos copagos fuera de la cartera básica nacional.
La sanidad privada
Las relaciones con la sanidad privada son el tercer escollo importante, con discrepancias sobre la colaboración consolidada por el PP. Podemos es partidario de revertir las concesiones y externalizaciones (además de acabar con el modelo Muface). El PSOE promueve una revisión de la ley que permite la gestión indirecta, y C's auditaría todas los conciertos antes de decidir qué modelo es más adecuado.
Madrid y Andalucía son los grandes referentes de acuerdos impensables con C’s. En el primer caso, Cristina Cifuentes ha tenido que pactar para gobernar en la Comunidad de Madrid y los naranjas no se lo han puesto fácil con abstenciones en algunos asuntos. En el extremo opuesto, Andalucía, no ha habido problemas de entendimiento y los de Rivera han apoyado todas las iniciativas del Ejecutivo socialista.
Acuerdos complicados
La Comunidad Valencia y Baleares son otros dos ejemplos de buena sintonía del pacto postelectoral. Los gobiernos liderados por el PSOE han pactado con Compromís y MES y aprobado la devolución de la tarjeta a los sin papeles. Algo similar han aprobado los socialistas de García Page en Castila-La Mancha con Podemos. Canarias supone otro ejemplo de aparente sintonía de pactos
Navarra es también ejemplo de gobierno multipartito, con un pacto entre Geroa Bai, Podemos y Bildu, donde los resultados son satisfactorios en materia sanitaria, al lograr acuerdos importantes como una renovación de la Ley foral de la Salud.
En Castilla y León, Murcia y La Rioja, el PP tiene acuerdos de investidura con Ciudadanos, que han generado estabilidad. En la comunidad riojana el PP ha cumplido con una de las principales peticiones de Ciudadanos, frenar el plan de privatizar el Complejo de San Millán.