La siderúgica catalana Celsa, la mayor a nivel español, está sembrando dudas en el sector bancario por la deuda de 2.700 que arrastra. La industria, la mayor de Cataluña, causa preocupación porque el desplome de la industria del tratamiento de hierro a nivel mundial cae en barrena, lo que impediría a la compañía de la familia Rubiralta devolver sus obligaciones.
La empresa ya ha comenzado los primeros contactos para renegociar el pasivo y las líneas de circulantes, según informa El Confidencial. En este sentido, los vencimientos de la deuda ya fueron renegociados en 2013, año en el que se pactaron nuevas fechas de devolución en 2017 y 2018.
Oxígeno
Entremedio, Celsa se encontró con amortizaciones de sumas reducidas, de 57 millones de euros en total, a las que no pudo hacer frente. Frente a esta situación, la banca decidió conceder más oxígeno a la siderúrgica, como ya había hecho con la deuda.
Mientras la industria con sede en Castellbisbal (Barcelona) trata de colocar su filial noruega en el mercado -condición de la banca para renegociar las obligaciones-, en el mercado secundario de deuda ya se han vendido los primeros créditos a la firma catalana, con notables descuentos sobre su valor inicial.