El relevo al frente de UGT de Cataluña se complica. Las bases del sindicato iniciaron este domingo una recogida de firmas on line para exigir que se abra un proceso de primarias para elegir al sustituto de Josep Maria (Pepe ) Álvarez.
El sindicalista ha estado al frente de la organización a lo largo de 26 años y ahora puja para convertirse en el nuevo líder en España, pero al plan que ha diseñado para propiciar un relevo tranquilo en Cataluña le ha salido contestación.
La petición ha recibido hasta la fecha 120 apoyos de los 150.000 afiliados que existen en UGT catalana. Se trata de una cifra limitada e incluso sus promotores, sectores cercanos al PSC y críticos con la gestión de Álvarez, reconocen que es complicado que se llegue a abrir un proceso de estas características en el sindicato.
Dirección bicéfala
Habría tiempo suficiente, ya que el congreso está convocado para la primera semana de abril, pero se debería empezar a preparar sin demora y la cúpula de la organización no está por la labor. El principal objetivo es dar un toque de atención para que el aún secretario general replantee la sucesión propuesta con una dirección bicéfala tal y como avanzó Crónica Global.
Ante la falta de un candidato claro y dispuesto a recoger su testigo, Álvarez planteó que el líder de Seat, Matías Carnero, pasara a ocupar la presidencia ejecutiva con el respaldo de un secretario general que llevara el peso de la gestión diaria de la organización.
Problemas en la secretaría general
La opción preferida por el líder sindical es Laura Pelay, la actual secretaria de comunicación de la organización. Las bases rechazan esta opción porque la inmensa mayoría de la carrera laboral de Pelay ha transcurrido en la gestión institucional de UGT y porque es muy cercana a ERC.
Ha sido señalada como la persona que dejaría la organización en manos de los independentistas, y eso no gusta. De hecho, el propio Carnero ha dejado claro que si asume finalmente la presidencia lo hará con mando en plaza y con la prioridad de desvincular al sindicato de cualquier partido político.
Tampoco acaba de gustar la otra persona propuesta por Álvarez para asumir la futura secretaría general, Camil Ros. El actual responsable de política sindical es independentista desde el primer día que entró en UGT de Girona y eso nunca le ha supuesto un problema en su carrera en el sindicato.
Tercer candidato
Pero tiene el mismo problema que Pelay: una trayectoria profesional muy vinculada a UGT y lejana a los centros de trabajo. A ello se le une que cuando se postuló como sustituto de Álvarez, hace más de un año, aseguró a los afiliados que sus preferencias políticas habían basculado hacia el federalismo como intento de presentar un perfil más transversal. El problema es que decepcionó al sector independentista y no convenció a los próximos al PSC, por lo que sus apoyos decrecieron.