El informe de Oxfam-Intermón 'Una economía al servicio del 1%', que se ha presentado hoy lunes en sendos actos simultáneos en Barcelona y Madrid, expone datos nada tranquilizadores acerca de los paraísos fiscales. Al menos, nada tranquilizadores para quien no tenga dinero en cuentas en las Caimán o en Jersey.

El informe ilustra sobre una de las prácticas habituales de las multinacionales, la "elusión fiscal". Es decir, desviar --legalmente-- sus beneficios de los países donde realmente se generan a otros con baja o nula carga impositiva. Y pone el ejemplo de que, con cifras de 2012, las multinacionales estadounidenses declararon 80.000 millones de dólares de beneficios en el paraíso fiscal de Bermudas, donde solo generan el 0,3% de sus ventas. Una cantidad superior a los beneficios que aseguraron haber tenido en la suma de los mercados alemán, francés, chino y japonés.

Las principales compañías mundiales no están exentas ni mucho menos de estas prácticas. Oxfam explica que ha analizado 200 grandes empresas, entre ellas "las 100 más grandes del mundo", y que la friolera de 9 de cada 10 de ellas tienen presencia en paraísos fiscales.

En este sentido, el informe alerta de que esta "elusión" de pagar impuestos en los países donde realmente se generan ha llevado a los gobiernos mundiales a ha competir en una "carrera a la baja por reducir los tipos impositivos que gravan a las empresas y a las grandes fortunas".

Cifras de vértigo

Las cifras del informe de Oxfam empiezan a asustar seriamente cuando asegura que en los paraísos fiscales se ocultan 7,6 billones de dólares, una cantidad que supera a la suma del PIB del Reino Unido y Alemania. O que "hasta el 30% del patrimonio financiero de África se encuentra en paraísos fiscales", o que la suma de los ingresos fiscales que pierden África,Asia y América Latina a causa de la riqueza oculta en paraísos fiscales asciende a aproximadamente a 70.000 millones de dólares anuales.

Y lo más alarmante, según el informe, es que el fenómeno se agrava: en 2014, explica, la inversión dirigida a paraísos fiscales fue casi cuatro veces mayor que en 2001.