Applus diseña desde Barcelona la próxima generación de aviones de Boeing. La empresa española de certificación le ha echado el guante a un contrato para mejorar las alas de fibra de carbono de los aviones del constructor de EEUU. La firma con sede en Bellaterra está repensando las piezas antes de su producción, confirman fuentes del sector aeronáutico.

Aunque oficialmente la empresa sólo admite "un contrato de un proveedor" con Applus, voces conocedoras del sector de la aviación explican el cometido de la firma catalana. "Trabaja en un proyecto en varias fases. El objetivo es diseñar una nueva máquina para fabricar las vigas de las alas de los aviones con partes composite de fibra de carbono, como el Boeing 787 Dreamliner", señalan.

Fase tres

Actualmente, la compañía española ya ha completado el diseño de las máquinas y se centra en el perfeccionamiento de las piezas. Es la tercera fase de la intervención. "Se trata del paso previo a la producción comercial, que en este caso se encargaría a otro contratista", ilustran las mismas fuentes.

El contrato, que supone una "cantidad importante" que la compañía rehúsa cifrar, tiene un claro objetivo. "La era de las aeronaves con cuerpo de aluminio llega a su fin. El trabajo desde Barcelona consiste en mejorar los aviones tipo B787 Dreamliner, considerado el rival natural del Airbus A350 XWB, que fabrica el consorcio europeo".

Rivalidad

El contrato logrado por Applus tiene también un componente estratégico. La guerra del aire entre el duopolio Airbus y Boeing por la fabricación de unidades para la aviación comercial también se traslada a los contratos, que se adjudican a empresas con sede en mercados considerados clave.

En términos absolutos, la competencia entre ambos gigantes la ganó el conglomerado europeo en 2015. Airbus cerró el ejercicio por encima de las 1.000 ventas de aparatos, por las cerca de 650 anotadas por su rival. No obstante, el grupo estadounidense retiene la vitola de mayor fabricante del mundo, ya que entregó más aparatos.