La prima de riesgo española se ha disparado hasta los 122 puntos al calor de la investidura del independentista Carles Puigdemont como nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña. El bono español a diez años se ha deteriorado hasta exigir un interés de 1,755% en los mercados secundarios, por un 1,738% al inicio de la sesión.

La deuda española se ha situado a 20 puntos básicos de la italiana, ya que los inversores han buscado refugio en otras deudas soberanas más seguras. En este sentido, la rentabilidad del bund ha caído una décima, del 0,6% al 0,5%.

El diferencial desfavorable a la deuda española alcanzó un mínimo histórico de cinco puntos básicos el 20 de diciembre, cuando la brecha con la deuda italiana se redujo a cinco puntos básicos.