Abengoa ha podido tomar algo de aire fresco este jueves. La banca acreedora ha firmado finalmente un préstamo por valor de 106 millones de euros que evita por ahora la quiebra económica del grupo energético. La inyección de capital permitirá, de entrada, que los trabajadores cobren. O, como la empresa indica en su comunicado a la CNMV, pueda “atender necesidades corporativas generales”.
A la aportación de la banca acreedora se le unirán otros siete millones de euros. Estos, salen de una cuenta que no se ha dispuesto todavía de la financiación concedida en septiembre que elevarán la aportación total a los 113 millones.
Retraso en la firma
La firma del préstamo estaba prevista para la noche del miércoles, pero se aplazó por “un problema técnico legal” que se ha solucionado este jueves por la mañana. No se podía demorar más si se pretendía cubrir las obligaciones a las que tiene que hacer frente el grupo en su día a día, manifestaron fuentes de la negociación.
La inyección de liquidez cuenta con participación pública. El Instituto de Crédito Oficial (ICO) aportará 8,7 millones, una cantidad mucho menor de lo que se apuntó inicialmente y que obligará a los privados a tomar un riesgo mayor.
Garantías
Eso sí, la situación de la empresa ha propiciado que se tomen medidas proteccionistas. El préstamo, de entrada, vence a corto plazo: el próximo 17 de marzo. En cuanto a las garantías otorgadas, se han dado a cambio “acciones de su participada Abengoa Yield”, la filial estadounidense que está saneada, por 2,5 veces el valor del crédito.
Abengoa sigue centrada en superar el preconcurso de acreedores. La firma Lazard trabaja en un plan de viabilidad del grupo andaluz que se presentará al G7 de la banca acreedora a mediados de enero. En este grupo se sientan los cinco bancos españoles que están más expuestos en la firma: Banco Santander, Caixabank, Bankia, Banco Sabadell y Banco Popular. También se sientan HSBC y Calyon.
Necesidades de 450 millones
El grupo energético puso sus necesidades económicas sobre la mesa en la primera reunión que mantuvieron. Para llegar a marzo, Abengoa necesita 450 millones de euros, 100 para antes del 31 de diciembre y los 350 restantes para gastar en el primer trimestre.
La compañía solicitó el preconcurso de acreedores el pasado 25 de noviembre. Dispone desde ese momento de cuatro meses para negociar una solución con sus acreedores que evite la quiebra. El pasivo que arrastra son 8.903 millones con un coste medio del 7%, el más abultado en la historia de los concursos de acreedores si finalmente no alcanza un pacto.