Los habrá visto en las calles en Madrid y Barcelona. A los vendedores de Avancar, ataviados con el verde corporativo de la compañía, les espera trabajo. La plataforma para compartir coche de Avis se desangra en pérdidas, hasta el punto que este año ha realizado dos operaciones acordeón para equilibrar cuentas.
Avancar declina comentar aspectos financieros de la compañía. No obstante, fuentes del sector del alquiler de coches sí ven la mala evolución. “En España, a estas empresas les cuesta trabajo salir adelante. La gente mayor usa su propio vehículo o sólo quiere utilizar taxis. Sólo los jóvenes son más proclives, y no tienen el mismo poder adquisitivo”, alerta un empresario del transporte a Crónica Global.
Quebranto
Las cuentas de Zipcar Carsharing SAU, matriz de Avancar, confirman que la plataforma se ha calado. En 2014, la firma perdió 1,03 millones de euros, un 36% más que el ejercicio anterior, cuando los números rojos llegaron a 655.638 euros. Y eso pese a que la sociedad facturó un 17% más, hasta los 2,3 millones.
El negocio, que en España dirige Ignasi Fàbregas, sufre para poner orden a sus libros. En enero redujo capital para luego aumentarlo. La operación se repitió el pasado mes de junio. El capital de Avancar ha quedado fijado en 67.278,60 euros, cuando a principios de año superaba el millón.
Cambios de manos
Avancar es una plataforma para compartir coches que funciona vía web y aplicación para teléfono móvil, y que capta clientes en la calle. La sociedad arrancó como consorcio público bajo el nombre de Catalunya Sharing en 1999. En 2012, la multinacional del carsharing Zipcar compró la división española. Al año siguiente, Avis Budget Group compró Zipcar, quedándose con la flota de 120 vehículos de Avancar y su cartera de 6.000 clientes en España.