El precio del petróleo continúa su desplome hasta niveles desconocidos en los últimos años, una situación de la que se están beneficiando las economías con una fuerte dependencia de las importaciones de crudo, como la española.
Según datos del Ministerio de Economía y Competitividad, durante los nueve primeros meses de este año España importó 10.839 millones de euros menos en petróleo que en el mismo período de 2014 (23.026 millones frente a 33.865). Una circunstancia que se intensificará aún más en los últimos meses del año --con efectos muy positivos para la balanza comercial y el PIB-- gracias a que la espiral bajista no parece tener fondo.
El Brent, en niveles de 2008
En concreto, la cotización del barril de Brent --que se toma como referencia en Europa-- ha caído este lunes hasta los 36,33 dólares tras siete días de descensos consecutivos, lo que supone el precio más bajo desde diciembre de 2008 --cuando llegó a 34,30 dólares--.
En lo que va de año, el Brent acumula una depreciación del 35%, mientras que en los últimos doce meses ha perdido un 40% de su valor.
Además, el barril de petróleo Texas --referencia en EEUU-- ha caído hasta los 34,53 dólares, el nivel más bajo desde febrero de 2009, cuando llegó a cotizar a 34,13 dólares. Esto supone una depreciación del 37% a lo largo de 2015.
Incremento de la oferta
La fuerte caída del precio del petróleo es debida al exceso de oferta en relación a una demanda que los expertos consideran que ha tocado techo. Un desequilibro que se acentúa por la falta de acuerdo en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para reducir su producción.
Además, la sobreproducción también se ha visto alentada por la extensión de técnicas como el fracking, que abaratan la obtención de crudo en lugares en los que antes no era rentable su extracción.
Reducción de la demanda
Por su parte, la caída de la demanda de petróleo en los últimos tiempos se debe, entre otras cosas, a la ralentización económica en una buena parte de los países emergentes (especialmente China y Brasil) y por la expansión de las energías renovables.
De hecho, algunos analistas apuntan que los principales países productores de petróleo podrían estar intentando mantener un precio bajo precisamente para desincentivar las inversiones en fuentes de energía alternativas.