Que Barcelona sea la capital mundial del móvil, Mobile World Capital (MWCB), propicia que la ciudad disponga de casi 17,6 millones de euros anuales para impulsar iniciativas en torno a la tecnología móvil. Desde todos los perfiles, desde impulsar la industria a promover un programa educativo en las aulas. El patronato de la fundación es el que tiene la potestad de decidir cómo se gasta el dinero pero, como es habitual, el poder ejecutivo real recae en el gestor que se encarga del día a día.
Hasta el pasado noviembre esta persona era el director general de Fira Barcelona, Agustín Cordón, ya que el cargo en la institución ferial va vinculado a la dirección de la MWCB. El ejecutivo cuenta con gran prestigio entre el empresariado de la ciudad y con el crédito y la confianza del vicepresidente de la fundación y consejero delegado de la patronal del móvil que impulsa la MWCB, John Hoffman, de GSMA. Él es la persona clave y su palabra, o la de otro miembro de GSMA, es casi sagrada en todas las decisiones que se toman en la organización.
Poder remoto
El consorcio es un reflejo de Cordón, indican fuentes de la organización. Además, le gusta la iniciativa y su vinculación es a título muy personal. El problema es que su marcha al Grupo Zeta le apeaba del proyecto. Por ello, un mes después de dejar la dirección general de Fira Barcelona se ha puesto en marcha una iniciativa para que mantenga el poder de forma remota.
Los patronos de la fundación deberán decidir el próximo miércoles si cede los poderes que hasta la fecha tenía Cordón a su número dos en la MWCB, Mónica Fernández, tal y como avanzó Crónica Global. La directora financiera del consorcio es una de las personas con más poder en la organización y lo ejerce sin medias tintas, indican otros interlocutores conocedores de las interioridades de la organización.
La fundación está presidida por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y cuenta con representantes de la secretaría de Estado de Telecomunicaciones, la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona, GSMA, Fira Barcelona y la principales empresas que impulsan la MWCB: Telefónica, Orange, Vodafone y Damm.
Comité ejecutivo
Para que Fernández pueda quedarse con las atribuciones de Cordón en lugar de pasárselas al nuevo director general de Fira, Constantí Serrallonga, deberá incorporarse al comité ejecutivo de la MWCB, lo que debería votarse también en la reunión del patronato del miércoles.
¿Por qué no se incorpora directamente Cordón al comité? Por su nueva ocupación. El consejero delegado de Grupo Zeta no puede estar presente en el órgano ejecutivo. Nadie de Prisa, por ejemplo, formó parte de la cúpula de la MWCB a pesar de su aportación como sponsor del consorcio tanto económicamente como a través del seguimiento exclusivo de los medios de comunicación del conglomerado.
Consejo de Fira Barcelona
Esta vía está vetada para Cordón y se delega en Fernández. El consejero delegado de Zeta sí que se ha asegurado la vinculación con la fundación mediante otra vía: el consejo de Fira Barcelona. Aceptó continuar en el órgano directivo encabezado por Josep Lluís Bonet con el compromiso de que se quedaba la iniciativa de la MWCB.
Se aceptó, precisamente, por su trayectoria. También fue una forma de reconocer que Barcelona mantendrá la capitalidad del móvil hasta 2023 en gran parte gracias a su trabajo, tanto a la hora de plantear el nuevo proyecto como de venderlo a Hoffman y el resto del equipo de la todopoderosa GSMA.
Decisión del patronato
Cordón ha trabajado mucho para la fundación de la MWCB. Puso punto y final a su etapa en Fira Barcelona --igualmente exitosa tanto en número de congresos organizados como de beneficios-- pero no está dispuesto a tirar la toalla en su proyecto estrella y todo lo que comporta, desde iniciativas como el congreso de start ups 4YFM a la gestión del nuevo fondo de venture capital de nueva creación, Barcelona Mobile Ventures.
Intentará mantener su gestión aunque sea de forma externa y con una persona interpuesta. El patronato de la fundación tiene la última palabra el próximo miércoles.