Nissan y Renault alcanzaron una alianza comercial en 1999, pero su continuidad cuelga ahora de un hilo por el reparto de poder entre los socios. El consejo de administración del grupo nipón se reunió de forma extraordinaria este lunes por la tarde para buscar una solución a un conflicto abierto el pasado abril, cuando el Gobierno francés compró de forma sorpresiva un 4,73% suplementario de Renault y se convirtió en el mayor accionista de la compañía con el 19,73% del capital.
Nissan se quedaba como segundo accionista con su 15%, el paquete accionarial que recibieron ambos al firmar la alianza. Lo que más enervó a la dirección encabezada por Carlos Ghosn fue la aplicación de la Ley Florange, aprobada en 2014. Con la nueva norma, cuya finalidad es la estabilidad y el proteccionismo de las empresas galas, la Agencia de Participaciones del Estado francés duplicarán sus derechos de voto en el consejo en primavera.
Nissan se queda sin votar
A ello se le suma que Nissan ni siquiera podría participar en la toma de decisiones en la cúpula porque según la legislación vigente en Francia, está bajo el control de Renault.
El grupo galo es también el accionista mayoritario de la automovilística con sede en Yokohama al tener en propiedad el 43,4% del capital.
Comunicado tras la reunión en Japón
La dirección de Nissan, encabezada por Carlos Ghosn, decretó el silencio en los encuentros de este lunes. Pero la prensa gala publicó su celebración y Nissan se vio obligada a emitir un escueto comunicado en el que admitía el encuentro extraordinario del consejo de administración y aseguraba que su fin era “discutir varios temas, entre ellos la situación del reparto de derechos de voto con Renault”.
El secretismo es tal que el mismo documento indicaba que la cúpula no tiene “nada que compartir sobre el contenido de las discusiones”.
Reunión de la cúpula de Renault
El resultado de las mismas saldrá a la luz, como muy tarde, en la reunión que mantendrán los administradores de Renault a finales de la próxima semana. Ghosn había manifestado anteriormente que la alianza se mantenía en firme si el Estado francés corrige sus pretensiones en la gestión de la automovilística.
El Gobierno de Manuel Valls tiene en su poder mantener viva la alianza comercial de más de 16 años. Sus pretensiones por ahora no son cambiar la estructura de la alianza, tal y como declaró el ministro de Economía galo, Emmanuel Macron, la semana pasada. Con todo, el sector ha especulado en que existe la posibilidad de que Renault diluya su peso en la cúpula de Nissan hasta el 40% para que el grupo nipón recupere sus derechos de voto.
Todo está en el aire hasta la próxima semana.