España se resiste a la concentración comercial, un fenómeno creciente y que la crisis económica debería haber acentuado tras el cambio de hábitos que ha forzado entre los consumidores y el estrangulamiento de gran cantidad de minoristas.
Hay varios factores que podrían explicar esa resistencia. Según la consultora Nielsen, el arraigo del pequeño comercio, las diferencias territoriales y la fortaleza empresarial de los grupos familiares son algunos de ellos.
70.000 millones al año
En España, los cinco grandes operadores --Mercadona, Carrefour, DIA, Auchand y Eroski-- apenas controlan un 50% de un negocio que mueve unos 70.000 millones al año, mientras sobreviven decenas de empresas familiares con menos de un 1% de cuota, algunas muy eficientes pero otras con dificultades financieras.
En Francia, por ejemplo, los cinco primeros operadores facturan el 80% del negocio.
Hasta ahora la consolidación no se ha materializado porque los grandes operadores han podido crecer con tan sólo abrir nuevas tiendas que expulsaban del mercado al pequeño comercio. El estancamiento de la población, una tasa de paro superior al 21% y la alta sensibilidad del consumidor hacia los precios elevará la presión sobre los márgenes, aumentando la importancia del tamaño del distribuidor y a la postre acelerando el proceso de consolidación, según analistas.
El entramado regional
Una serie de grupos regionales líderes --una peculiaridad del sector español con un tamaño de un 9%, semejante al de DIA o Carrefour-- son uno de los principales frenos.
Gadisa en Galicia, Alimerka en Asturias o Lupa en Cantabria son los rivales a batir para los grandes distribuidores en sus respectivas zonas y no están dispuestos a vender. Los grupos más débiles serán los que tienen unos ingresos anuales de 200 a 900 millones de euros, pronosticó el consultor.
La madrileña Unide, cuya facturación ha caído casi un 60% en siete años a 250 millones, o la deficitaria unidad de supermercados de El Corte Inglés, tras un relevo generacional en su gestión, podrían ser objetivos de compra.
Venta de activos
No obstante, los analistas ven más probable otras operaciones de venta de activos como los 144 supermercados que la endeudada Eroski vendió a DIA el año pasado. De los grandes, DIA es el único abierto a realizar compras, pero aún está integrando El Árbol y las tiendas de Eroski.
Además, la granadina Corvirán que intentó sin éxito fusionarse con Unide en 2014, o la cadena valenciana Consum, cuya facturación ya roza los 2.000 millones anuales, han continuado creciendo durante la crisis y podrían aventurarse.
La fórmula Lidl
El supermercado de descuento alemán Lidl ha dado con un formato novedoso, con un toque exótico y a la vez asequible, que le está permitiendo ser el que más crece a nivel orgánico en España en 2015. Es la otra fórmula --no basada en las compras-- para ganar facturación.
Mercadona está a punto de agotar su recorrido de crecimiento orgánico que le ha permitido situarse como líder del mercado con una cuota del 22,9% y todavía no ha desvelado qué hará con un colchón de efectivo de casi 3.000 millones.
A la espera de oportunidades de concentración, los esfuerzos de expansión se centran en vender más productos frescos, donde el pequeño comercio aún controla la mitad del mercado de frutas, verduras, carnes y pescados, lo que da margen a la gran distribución para duplicar su cuota de mercado.