Google vuelve a pisar territorio financiero. Tras crear Google Wallet, comprar el 7% de la gran empresa de créditos P2P Lending Club, conceder créditos a sus clientes de Gran Bretaña y Estados Unidos para comprar su publicidad y permitir enviar dinero por Gmail a los usuarios estadounidenses, ahora mete un pie en el negocio hipotecario lanzando un comparador de hipotecas.
Se trata de una herramienta gratuita capaz de comparar 300 hipotecas de 75 entidades financieras estadounidenses. Para obtener la oferta más ajustada a su perfil, el usuario debe introducir su código postal, el precio de la casa que va a comprar, cuánto puede dar de entrada y durante cuántos años quiere estar pagando. La herramienta, de momento, solo está disponible en California, aunque está previsto que en breve pueda usarse en otros estados.
CPL como modelo de negocio
El servicio para el usuario que busca hipoteca es totalmente gratuito, pero las 75 entidades que aparecen en el comparador sí que pagan a Google, aunque solo en caso de que el interesado seleccione la oferta recomendada y pida ponerse en contacto con la financiera. Es lo que en marketing se conoce como CPL (Cost Per Lead’. Eso sí, Google asegura que el precio que cada banco o entidad le paga por aparecer no es un factor que afecte a sus recomendaciones.
El nuevo comparador de hipotecas nace bajo el paraguas de Google Compare, que ya alberga un comparador de seguros de coche. Y no solo no es el primer comparador creado por Google, sino que tampoco es el primer paso que da la compañía en terreno hipotecario; recordemos que en febrero de 2015 lanzó una calculadora de cuota hipotecaria también gratuita.
¿Para cuándo Google Bank?
Si varios estudios ya han mostrado porcentajes de aceptación notables cuando se pregunta a los entrevistados si permitirían que las tecnológicas como Google, Apple o Amazon pasaran a ser también proveedoras de sus servicios bancarios, cabe preguntarse ¿por qué no se han lanzado aún?
Francisco González, presidente de BBVA, uno de los bancos españoles más punteros en el uso de tecnologías, dio una posible explicación: “Estas empresas todavía no han entrado porque evitan ser reguladas”. Sin embargo, según un informe elaborado por el Instituto de Estudios Económicos (IEB), las claves del retraso serían otras: su inexperiencia en el sector bancario –por eso el plan es introducirse paulatinamente en la actividad financiera– y su interés por ganar mayores márgenes que los que ahora consigue la banca tradicional.
Aunque la aparición de estos nuevos bancos parezca lejana, desde el IEB apuntan que ya se está preparando un proyecto de directiva europeo que regulará la actuación de los nuevos agentes financieros, por lo que la llegada de Google Bank podría ocurrir antes de lo que cabría esperar.