La Agencia Tributaria de Cataluña (ATC) se trasladó a la Zona Franca.

La Agencia Tributaria de Cataluña (ATC) se trasladó a la Zona Franca.

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La Hacienda catalana, camino del desierto

Los sindicatos alertan a tres meses del traslado de la Agencia Tributaria de Cataluña a la Zona Franca de que el nuevo destino carece de servicios

19 noviembre, 2015 21:18

La Agencia Tributaria de Cataluña (ATC) abandonará el próximo febrero las oficinas actuales en el centro de Barcelona para trasladarse a la Zona Franca. Pero no en cualquier ubicación. Estarán rodeados de un kilómetro y medio de descampados y los sindicatos alertan de que el nuevo edificio no está preparado para los servicios que ofrecen.

Los representantes de los trabajadores indican que actualmente el 45% de los trámites que realizan en las instalaciones de la calle Fontanella, en el centro de la capital catalana, son presenciales. El primer problema que señalan es la limitada comunicación con transporte público hasta la nueva zona.

Falta de infraestructuras

Además de las lanzadoras para los trabajadores en hora punta que prometió la Generalitat al comunicar el traslado a los sindicatos, los sindicatos esperan que se mejore la frecuencia de paso del autobús que llega hasta el número 46 del paseo de la Zona Franca para poder acoger a todos los que se acercan hasta la ATC. Sólo los asesores y gestores fiscales de la entidad reciben cada día a unas 500 personas, según datos de los empleados.

Otra cosa que preocupa de forma especial es la falta de oficinas bancarias en la zona. La más cercana es una de Banco Sabadell que se encuentra a más de 500 metros de la puerta de las nuevas instalaciones. La situación es delicada, indican, porque la burocracia de la ATC requiere el paso previo por una entidad una vez los formularios están validados. Los gestores profesionales conocen los procesos, pero los particulares los suelen conocerlos en la misma ventanilla.

Y no se trata de trámites menores. Allí se gestionan el pago de los impuestos de sucesiones y donaciones; el ITP y los actos jurídicos documentales, necesarios antes de inscribir una compraventa con hipoteca, por ejemplo; la tasa sobre el juego; la de establecimientos turísticos o la de grandes superficies, entre otras.

Dudas sobre el ahorro en alquileres

A la falta de infraestructuras se le suma las dudas que señalan los sindicatos sobre el ahorro real en los alquileres. La Generalitat de Cataluña alega que será de 1,4 millones de euros anuales. El edificio de Fontanella se vendió en 2013 por 24,9 millones a Ziscal Inversiones 2012 a través de la compañía holandesa Benetach Investment BV. La operación incluía un contrato de arrendamiento de 20 años por dos millones de euros actuales.

El precio del alquiler del edificio de Zona Franca no se ha dado a conocer. Los trabajadores han pedido en varias ocasiones a la consejería de Economía, liderada en funciones por Andreu Mas-Colell, ver el contrato de alquiler del edificio de Zona Franca. Nunca se les ha facilitado.

Inseguridad de los documentos

Por otro lado, destacan que el precio del traslado es costoso y que aún no se han amortizado las obras de rehabilitación ejecutadas en 2010, que implicaron el desembolso de 1,8 millones de euros de las arcas públicas catalanas.

Las futuras oficinas de la ATC estarán situadas en el mismo recinto de la sede de Agbar. Sí que compartirán edificio con otros negocios privados que deberán abandonarlo a medida que venzan sus contratos de arrendamiento. Esto también alerta a los trabajadores, ya que indican la inseguridad que provoca por las causas que inspectores y gestores fiscales estudian.

Los sindicatos ya han trasladado sus dudas sobre las nuevas dependencias a la consejería de Economía. El plan previsto se mantiene. El traslado se producirá en tres meses.