Uno de los datos que con más evidencia cuál es la dirección que toma la salida de la recesión para los trabajadores es la diferencia entre los salarios y las pensiones. En 2008, la distancia entre la retribución salarial media y la pensión media era del 84%, mientras que el año pasado era del 53%: 31 puntos menos en siete años.
El dato de la Agencia Tributaria no sólo subraya la importancia creciente de los ingresos de los jubilados en las economías familiares españolas, como se ha dicho tantas veces, sino que da pistas sobre la evolución futura de las pensiones del sistema público, cuando las cotizaciones a la Seguridad Social sean insuficientes para atende su pago.
Casi el doble
Según la memoria del mercado de trabajo del Ministerio de Hacienda, en el ejercicio de 2008 los ingresos salariales medios declarados fueron 22.497 euros anuales, con una retención fiscal del 15,66%. Ese mismo año, los pensionistas ganaron 10.204 euros, y les retuvieron a cuenta casi el 5%. La diferencia era del 84%.
El año pasado, la diferencia fue del 53%: los pensionistas declararon 14.033 euros de renta anual y los trabajadores por cuenta ajena 21.494.
Ya se ve que el estrechamiento responde a un doble fenómeno. De un lado, en el plazo de siete años el salario medio declarado ha descendido en 1.003 euros. Y, de otro, las pensiones han mejorado en 1.829.
Los impuestos, al alza
En paralelo, y pese a lo que dice la propaganda de las sucesivas y electoralistas reformas fiscales, los impuestos que castigan las rentas del trabajo han subido. En el caso de los pensionistas, ahora se les retiene una media del 7,37% frente al 4,87% de 2008, lo que quizá podría exlicarse porque han mejorado. Pero en los salarios, que han perdido, la retención media ha pasado del 15,66% al 17,63%.
Cuando el fondo de reserva de las pensiones esté agotado y las cotizaciones no den abasto para pagar las pensiones, el sistema cambiará y la principal vía de ingresos serán los Presupuestos Generales el Estado. Con unas pensiones cada vez más cercanas a los ingresos de las personas en activo, ¿alguien osará defender un impuesto capaz de pagar unas pensiones decentes?