UGT deberá elegir a un sustituto para Cándido Méndez en el congreso estatal que se celebrará entre el 9 y el 12 de marzo de 2016. Hay dos nombres en la quiniela: Miguel Ángel Cilleros, secretario de la federación de servicios de movilidad y consumo y el único que se ha postulado abiertamente para tomar el testigo del líder del sindicato; y Pepe Álvarez, secretario general de Cataluña desde hace 25 años.
Se trata de los candidatos de Méndez y su secretario de organización, José Javier Cubillo, por un lado, y el de la federación del metal, por otro. Para evitar el choque de trenes, también se han puesto otros tres nombres sobre la mesa.
El sector renovador apuesta por la líder de UGT en Andalucía, Carmen Castilla. Su reciente incorporación a la cúpula y el trabajo que ha hecho en el sur en un momento de máxima tensión por el caso de los ERE son su principal valor y hándicap a la vez. Existe una corriente dentro de la organización que asegura que no es el momento de abrir de nuevo el melón de la renovación en Andalucía.
Relevo generacional
En este caso, sería relevante el papel que pueden desempeñar la actual secretaria de Igualdad de la ejecutiva, Almudena Fontecha, y el de Participación Sindical e Institucional, Frederic Monell. Ambos mantienen un perfil bajo y han negado dentro de la organización que estén en disposición de presentar una candidatura en el congreso confederal, pero su experiencia les avala como alternativa a Cilleros y Álvarez.
Hay que tener en cuenta que UGT vive un momento clave. El relevo generacional será la máxima preocupación de la próxima ejecutiva y el secretario general que tome el testigo a Méndez deberá tener suficiente poder dentro del sindicato para ejecutar la gran reestructuración de la organización.
Rencillas en el proceso de fusión
Las seis federaciones actuales se reducirán a tan sólo tres: Industria (metal y química), servicios públicos (FSP, enseñanza y FETE) y servicios privados (transporte, comercio y SMC). La reorganización dará mayor agilidad y propiciará un ahorro en gastos de estructuras en el sindicato, pero también ha abierto rencillas entre sectores y entre los miembros que las encabezan que tiñen de conflictividad el proceso.
En este escenario, por ejemplo, los actuales responsables del metal han empujado a Álvarez a la carrera sucesoria por el temor a lo que pueda ocurrir al unirse con una federación con tan pocos puntos en común como la química. Este antiguo trabajador de Alstom conoce muy bien el sector del metal y uno de los hombres más fuertes del sector, el presidente del comité de empresa de Seat, Matías Carnero, es uno de sus estrechos colaboradores.
Sustitución de la cúpula catalana
Tanto, que le señaló como su delfín en 2013. Aún no ha decidido si aceptará ser el próximo secretario general de UGT en Cataluña, inmerso en su propio proceso de renovación.
En medio de la crisis del diéselgate de Volkswagen, Carnero se da de margen hasta finales de diciembre y principios de diciembre para dar una respuesta al sindicato catalán. Por ahora, indica que ha asumido el mandato de Álvarez de buscar los consensos necesarios para formar la ejecutiva del próximo mandato.
Junto a Álvarez y Carnero, trabaja para este mismo objetivo el vicesecretario general, Diego Martínez. Fuentes internas señalan que, en el caso de que el líder de Seat (y el metal) decida que no es el momento de abandonar la empresa, el número dos de UGT en Cataluña sería el mejor posicionado para convertirse en futuro secretario general en el congreso de abril. Incluso por delante de las aspiraciones del actual responsable de la Política Sindical en el territorio, Camil Ros.
¿Secretario de Industria?
El principal problema de Pepe Álvarez para convertirse en el líder de UGT estatal es que no cumple con el requisito de renovación. Méndez abandonará la primera línea de la organización con 63 años y un mandato de 20. El líder catalán es algo más joven, 59 años, pero su liderazgo en Cataluña supera al del sindicalista que pretende sustituir: fue elegido por primera ocasión secretario general del territorio en 1990, por lo que lleva 25 años en primera línea.
En el caso de que Álvarez no consiguiera convertirse en el sustituto de Méndez, aún tendría una oportunidad para tomar un papel de peso dentro de la organización confederal. El líder catalán podría convertirse en el futuro secretario general de la federación de Industria, un cargo con menor carga institucional pero que requiere mucho conocimiento y respeto interno por el trabajo que se debe hacer para llevar a buen puerto la fusión. El congreso del sector se celebrará después del confederal.
“Lo más importante es que las fusiones iniciadas no se queden en falso. Entonces, sería un fracaso de todos”, indica uno de los sindicalistas consultados. Este será el gran reto del sustituto de Cándido Méndez en UGT.