La campaña del aceite de oliva que acaba de comenzar promete recuperar la normalidad, con una producción similar a la de los últimos años. Sin embargo, los precios al consumidor, que este año subieron entre un 20% y un 25% no bajarán. La fidelidad del consumidor a este producto los mantendrá.
En la temporada 2014-2015 la producción de aceite cayó un 53%, hasta las 840.000 toneladas, lo que provocó una subida de precios en origen del 50%, mientras que la distribución amortiguó el golpe, que se moderó hasta una media de entre el 20% y el 25%.
Buena respuesta del consumidor
Pero, lejos de lo que los técnicos pensaban que ocurriría, el consumo no se contrajo, sino al contrario. La industria pudo comercializar el 80% de todo el aceite disponible (producción, importaciones y existencias), lo que constituye una respuesta de fidelidad muy buena, según valoran en el sector.
Esa fidelidad les lleva a pensar que la nueva campaña, que arrojará una producción de 1.250.000 toneladas, será absorbida sin problemas por el mercado sin que los precios se resientan. Las importaciones no superarán probablemente las 100.000 toneladas, mientras que lo almacenado ronda las 180.000 toneladas. Por tanto, la oferta será semejante a la de los años normales.
Los precios en origen
La campaña 2015-2016, que ha comenzado ahora y que durará hasta la primavera, promete una producción similar a la de los últimos cuatro años. Antes de que empezara, en agosto, los precios en el mercado de origen --como si fueran los futuros e esta materia prima-- alcanzaron las máximas cotizaciones. Desde hace unos días, a la vista de que se estaban confirmando las buenas proyecciones de producción para la campaña recién iniciada, la cotización de la tonelada de aceite ha empezado a caer.
Esa caída ha provocado cierto nerviosismo entre los productores, una inquietud que Pedro Barato, el presidente de ASAJA, la asociación de jóvenes agricultores, ha tratado de tranquilizar afirmando que no existen motivos para que bajen los precios en origen.