El futuro gobierno de la Generalitat se encontrará en el departamento de Empresa y Ocupación, liderado ahora en funciones por Felip Puig, con una propuesta de ley de cámaras de comercio catalanas casi ultimada. Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) ha trabajado los últimos meses en el desarrollo territorial que mandaba la norma española, que entró en vigor en abril de 2014, con un propósito claro, según fuentes conocedoras de la iniciativa: tomar parte en las instituciones dedicadas a la promoción económica.
De entrada, plantea la creación de una Cámara de Cataluña que entraría en competencia directa con la Cámara de España, liderada por José Luis Bonet, el empresario que más se ha opuesto al procés y que, además de liderar la institución, es presidente del consejo de administración de Fira Barcelona y del grupo Freixenet. Es decir, uno de los ejecutivos con más influencia en la capital catalana.
La cámara catalana, otra estructura de estado
CDC plantea incrementar las funciones del actual consejo de cámaras catalán, institución liderada por Miquel Valls, presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona. Perfila la nueva institución como otra de las estructuras de estado del envite independentista y la pone, entre otros, como punta de lanza de la internacionalización empresarial.
Más allá de cómo se plantea la institución, el proyecto que está en una fase final también entra en quién debe liderarlo. La ley de cámaras catalanas es la herramienta que se necesita para convocar elecciones en las 13 organizaciones territoriales. Este proceso coincide con la renovación en buena parte de ellas, especialmente en la que ejerce de puntal, la de Barcelona.
Alguien favorable al ‘procés’
Valls, de 72 años, ha manifestado públicamente que el mandato actual es el último y que pasará el testigo; y el partido de Artur Mas quiere a alguien que sea más abiertamente favorable a los retos que espera que asuma la Cámara de Cataluña y, por ende, al procés.
Dentro del plenario de la Cambra de Comerç de Barcelona existe un grupúsculo independentista, indican fuentes de la institución. El equipo gestor ha sabido gestionar su presencia al intentar hacer las menores concesiones políticas posibles, pero eso no le ha ahorrado momentos de tensión.
Pulso del área independentista
El más visible, y sin precedentes, fue el pulso desde el ala independentista a principios de mes unidas en el entorno del lobby nacionalista FemCat. Más allá de la pseudo moción a Valls presentada por el empresario Ramon Masià, presentada a título individual y sin respaldo de los asociados, los ejecutivos dieron un toque de atención a la cúpula de la cámara y le obligaron a reconocer públicamente su naturaleza de entidad parasocial que se debe alinear con las decisiones que apruebe la mayoría del Parlament. Miembros del ala no independentista remarcan el final de la declaración: siempre que supongan el cumplimiento de la ley y el mantenimiento de Cataluña en la Unión Europea, algo en el que no encaja la declaración unilateral de independencia que está paralizada en la mesa del Parlament.
La Cámara de Cataluña neutralizaría este debate, pero CDC se ha quedado sin tiempo para llegar a aplicar su plan al estar el Gobierno en funciones. Daban por seguro que estarían en el próximo Ejecutivo catalán con Junts x Sí con la fuerza suficiente para iniciar los trámites parlamentarios y por ahora el proceso está encallado. La propuesta queda sobre la mesa.