La dirección del Gran Teatro del Liceu, el emblema de la burguesía catalana, y el comité de empresa de la casa, con CGT como fuerza mayoritaria, se verán las caras el próximo martes en el Juzgado de Instrucción 2 de Barcelona. El conflicto laboral abierto en la institución cultural ha terminado con la decisión de los ejecutivos del teatro de iniciar la vía legal para conseguir estrenar el próximo domingo Benvenuto Cellini.
Los trabajadores mantienen la huelga convocada cada día de representación para reclamar que se les paguen las pagas extras que les deben, mientras que la cúpula del teatro, encabezada por Roger Guasch, mantiene que no tiene capacidad económica para ello y que si no sube el telón el próximo domingo la situación económica de la entidad se complica. Y mucho. De entrada, supone perder dos millones de euros de facturación en un ejercicio en el que se ha pedido al Estado y a la Generalitat que incrementen sus partidas para el teatro de la Rambla de Barcelona.
70% menos de entradas vendidas
El equipo de Guasch indica en que los efectos económicos de la huelga justifican que se declare ilegal de forma cautelar. Fuentes cercanas a la cúpula señalan que la decisión se podría tomar perfectamente sin la vista.
Reconocen, asimismo, que los efectos de la convocatoria ya se han notado en el ritmo de venta de entradas. Señalan que se han vendido el 70% menos, hecho que complicaría la rentabilidad económica del espectáculo si finalmente se sube el telón.