A los vinicultores catalanes tradicionales les ha costado asumir que el e-commerce es otro canal de venta muy favorable para sus beneficios. Pero una vez cambiado el chip, persiste la batalla entre compañías por la relevancia, y no sólo en cuanto a cifras. Este jueves, en el mismo momento en que Freixenet presentaba su nueva plataforma, Club Cuvée, su gran rival, el grupo Codorníu Raventós, ha remitido un comunicado en el que anunciaban que su web había alcanzado el medio millón de euros de facturación.
La familia Raventós asumió antes que sus vecinos que el canal 2.0 era importante para mantener la salud de las cifras. Lanzó la web hace tres años y no se ha limitado a vender botellas, intenta captar nuevos usuarios y fidelizar a los que ya tienen con la personalización de productos, descuentos y ventas especiales.
Estrategia de Freixenet
Los Ferrer, fundadores de Freixenet, plantearon una estrategia distinta. Abrieron su primera plataforma de venta on line hace más de 15 años en Estados Unidos, en las bodegas Gloria Ferrer, y después la activaron en el mercado Australiano, más maduro en cuanto a ventas on line.
Los portavoces de la compañía explican que en España les ha costado dar el paso, primero por el “conservadurismo del grupo”, en palabras del consejero delegado, Pedro Ferrer; después, por el perfil del comprador de cava y vino. Freixenet ha experimentado cómo algún cliente se ponía en contacto con la compañía para pagar contra reembolso en lugar de facilitar los datos de su tarjeta de crédito, algo habitual según comentan otras fuentes del sector por el target al que se destina.