El grupo holandés ING, matriz de ING Direct, ha trasladado a la Comisión Europea su "preocupación" por la intención de los tres grandes bancos españoles (Caixabank, BBVA y Santander) de cobrar dos euros a los no clientes por sacar dinero de sus cajeros, estrategia que a su juicio atenta contra los intereses del consumidor.
En concreto, ING ha expresado su inquietud por esta iniciativa tanto a los responsables de la Dirección de Competencia como de la Dirección General de Estabilidad Financiera y Servicios Financieros de la Comisión Europea.
Triplica el coste del servicio
El director general de Financiación, Pagos y Seguros de ING Direct España, Miguel San Pablo, ha explicado que "ING, como banco europeo, está bastante preocupado y está teniendo contactos a nivel europeo con autoridades comunitarias".
La filial española de ING además mantiene reuniones con el Ministerio de Economía, la Comisión Nacional de Mercados y de la Competencia (CNMC) y el Banco de España. "No podemos afirmar que estamos protegiendo al consumidor si le vamos a proporcionar un servicio que cuesta tres veces más de lo que costaba, cuando no se corresponde con el coste real", ha advertido la directora general de ING Direct España, Almudena Román, que espera a conocer la nueva normativa que ultima el Gobierno con el fin de evitar una doble comisión en los cajeros.
Establecer límites "razonables"
"Queremos romper una lanza en favor de los consumidores", incide la directora general de ING Direct, para después recordar que el extinto Tribunal de la Competencia ya validó los costes de los actuales esquemas interbancarios y certificó que eran "justos", y ante la perspectiva de que sean actualizados aboga por que se establezcan unos límites "razonables".
De hecho, confía en que la norma que apruebe el Ejecutivo mantenga el espíritu de la regulación vigente en España relativa a las tasas de intercambio, y en concreto se remite al Real Decreto Ley de agosto de 2014 de medidas urgentes para el crecimiento, la competitividad y la eficiencia, así como al artículo de la Ley 16/2009 de 13 de noviembre sobre servicios de pago.
"Se haga lo que se haga no se puede impedir que todos los bancos minoristas puedan ofrecer un servicio a sus clientes", enfatiza Román, quien pone en valor la necesidad de ganar en eficiencia en la actual red de cajeros en España, que responde a una proporción de 926 habitantes por cajero, muy por debajo de la media europea de 1.423 habitantes por terminal, más aún cuando el futuro tiende al pago con tarjeta y los sistemas expendedores de efectivo tenderán a extinguirse.
Conversaciones con la gran banca
En el supuesto de que la regulación permitiera el cobro de dos euros por la extracción de efectivo, la directora general de ING Direct no descarta desplegar una red de cajeros propia tras la nueva normativa, algo que les llevaría tiempo, como tampoco alcanzar más acuerdos bilaterales como el alcanzado con Banco Popular para alquilar sus terminales. En este sentido, reconoce conversaciones con alguno de los grandes bancos que han anunciado que cobrarán dos euros (Caixabank, Banco Santander y BBVA).
En este sentido, San Pablo agrega que el acuerdo con Banco Popular permite que el 89% de los clientes de ING Direct tenga un cajero de la entidad en su proximidad.
No descarta trasladar al cliente la tasa
Román también deja abierta la posibilidad de que ING traslade a sus clientes el coste de las comisiones si el Gobierno obliga al propietario del cajero a cobrar al emisor de la tarjeta. En los contactos con las autoridades españolas, ING ha pedido que se proteja al consumidor con un límite "razonable" al coste que se cobran entre sí los bancos por la operación de extracción de efectivo.
En este sentido, desde la filial española de ING se cree que son "buenas referencias" la media de costes aplicada entre bancos en Holanda (fijada en un máximo de 0,58 euros), país de origen de la entidad, y Francia (alrededor de 0,57 euros).
Ante el "riesgo" que puede suponer esta polémica para la entidad, que cuenta con más de tres millones de clientes en España, la directora general de ING Direct no teme en ningún caso una fuga de clientes. "Hemos pasado todo tipo de crisis reputacionales en este país. No tememos que se produzca una situación alarmante", subraya.
Daños en la imagen del sector
Román advierte también de que esta política de comisiones que pretenden poner en marcha algunas entidades "daña la imagen del sector", y recuerda que en estos momentos los bancos aún están en la época de recuperar la confianza de los clientes tras la crisis financiera que comenzó en 2008 y que ha mermado la renta de muchos españoles.
ING Direct estima que pagará 24 millones de euros este año para que sus clientes usen los cajeros de otros bancos, esto equivale al coste de un parque de 2.000 cajeros. De imponerse la tasa de dos euros, la factura a ING ascendería a unos 75 millones anuales, aunque sin tener en cuenta ningún tipo de acuerdo bilateral con otras entidades similar al alcanzado con el Popular.
No obstante, este es un futurible en el que la entidad prefiere no entrar y centra sus esfuerzos en hacer esta llamada de atención en defensa de los clientes.