En los ambientes independentistas catalanes se velan armas para hacer pagar a Caixabank y Banc Sabadell, los dos grandes grupos financieros catalanes, su participación en el pronunciamiento de las patronales bancarias –AEB y CECA– contra la segregación de Cataluña de España. Una de las estrategias es trasladar a través de redes sociales y medios afines consignas y proclamas contrarias a sus dirigentes y animar a los soberanistas a mover sus ahorros o cuentas de esas entidades.
Si en una primera reacción tras el comunicado de los bancos se limitaron a subrayar sus críticas respecto de la parte del mensaje en que se advertía sobre las nefastas consecuencias para el sector de una salida del euro, ahora están midiendo su capacidad real para orquestar una campaña efectiva contra los dos bancos catalanes que firmaron el 18 de septiembre, a los que consideran responsables del famoso comunicado.
Ahora están ocupados
De momento, esos ambientes --básicamente los del entorno de Convergència Democrática de Catalunya y de la ANC-- están ocupados con la CUP, a la que quieren obligar a colaborar con la investidura de Artur Mas; y pasando cuentas con los medios de comunicación que desde su punto de vista se han pasado al enemigo o sencillamente no han ayudado, como hacen con El Periódico de Catalunya.
Saben, no obstante, que tienen delante a dos enemigos poderosos. Tanto Caixabank como Banc Sabadell tienen suficiente capacidad de respuesta y de aguante; y están dispuestos a demostrarlo porque les va en ello el negocio, del que en torno a un 60% está radicado en otras zonas de España distintas a Cataluña.
Presión sin resultados
De momento, los pequeños colectivos de accionistas que han empezado a moverse exigiendo que ambas entidades se distancien de la AEB no han logrado sus objetivos.
Lo que sí inquieta a los bancos es el nerviosismo de sus clientes. Apenas ha habido retiradas de dinero --22 millones en uno de los casos--, pero sí hay cierta preocupación. Primero por la certeza de una salida del sistema euro en caso de independencia, después por la alarma que el comunicado de la patronal pudo provocar y después por la inoportuna alusión del gobernador del Banco de España, Luis María Linde, a un eventual corralito.
La delicada "seguridad jurídica"
Las constantes preguntas en las oficinas sobre la seguridad de los ahorros a la vista del programa electoral de la candidatura favorita de las elecciones son las que animaron al Banc Sabadell a enviar un breve comunicado interno a sus empleados. Pero lo hizo tras el 27S: quiso trasladar a la clientela la certeza de que la entidad siempre estará bajo el paraguas del BCE, o sea en el euro, pase lo que pase y que en Cataluña no existe inseguridad jurídica de ningún tipo.
Tanto el Sabadell como Caixabank eran partidarios de que la AEB se pronunciara tras las elecciones para que no pudiera interpretarse como una interferencia en el proceso, pero la presión del Gobierno y del Banco de España lo hicieron imposible.
En ese ambiente de hipersensibilidad ante los movimientos de la banca, la nota interna del Sabadell ha sido leída en algunos medios en clave de distanciamiento de la AEB y en otros como una adhesión al soberanismo, interpretaciones que la entidad rechaza. La alusión a la “seguridad jurídica” --un concepto excesivamente delicado para ser tratado en vísperas electorales y que la AEB incluía en su comunicado-- sí que puede entenderse como una réplica a la patronal bancaria y al propio Linde.