El consejo de supervisión del Grupo Volkswagen designará este viernes a Matthias Müller como nuevo consejero delegado de la compañía. Su nombre aparece en todas las apuestas desde el fin de semana pasado, cuando en EEUU se detectó la alteración de las emisiones en varios modelos diésel y pocas horas antes de la transcendental reunión del órgano directivo se da por sentado que será el elegido.
Fuentes cercanas a la automovilística alertan de que tras el ascenso del ejecutivo de Porsche se ve la sombra del que fue el cerebro del grupo durante años, el multimillonario Ferdinand Piëch.
Enfrentado al dimitido
El ejecutivo abandonó la compañía en mayo tras fracasar en su intento de apartar a Martin Winterkorn de la firma en ese momento en medio de una batalla familiar descarnada con sus primos hermanos, los Porsche, en la que vencieron éstos gracias al apoyo de los sindicatos.
Piëch apostaba por Müller como recambio del número dos. La operación fracasó y él se tuvo que ir, “pero nadie se creyó que dejaría del todo el grupo”, manifiestan los mismos interlocutores. Lo bueno del su apadrinado es que en los últimos meses se ganó la confianza de Winterkorn e incluso se le ha señalado como su allegado. Lo malo: llegará a la cúpula de Volkswagen en el peor momento de su historia.
Bajada de ‘rating’
Moody’s fue la primera agencia en cambiar este jueves la perspectiva de calificación de la compañía y ponerla en negativo por la repercusión del escándalo. Fitch Ratings avisó de que podría hacer lo propio mientras la cotización cogía un poco de oxígeno en la bolsa de Frankfurt. Tras perder el 35% de su valor el lunes y martes, en dos días ha recuperado un 12%.
Con todo, la factura de haber instalado un sistema que engañaba en las emisiones reales de los vehículos diésel es incalculable. Volkswagen debe sumar las multas de los gobiernos, el coste de retirar el software en los coches afectados o de indemnizar a los clientes que los quieran devolver y el impacto económico de demandas colectivas que se preparan, por el momento, en Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea. La prensa alemana, además, señala que Berlín intenta presionar en Bruselas para aprobar una nueva regulación de las emisiones más laxa.
Lista de modelos afectados
El grupo manifestó que hará un ejercicio de transparencia y publicará una lista con todos los modelos a los que se instaló el motor diésel trucado. Será la primera fotografía de la magnitud del escándalo, que ya se sabe que salpica a las marcas Volkswagen, Audi, Skoda y a la española Seat.
El presidente de la primera empresa catalana, Jürgen Stackmann, aseguró a última hora del jueves en una entrevista a Europa Press que las inversiones prometidas por parte de la matriz al grupo están garantizadas. “Tenemos un plan claro, un plan fuerte de marca y se mantendrá sólido. No hay necesidad ni de pensar en algo como esto”, señaló ante las previsiones de que se perderán parte de los 3.300 millones previstos para la marca, a los que se deben sumar otros 900 para la planta de Volkswagen de Navarra.
Dudas de los analistas
Las palabras tranquilizadoras del ejecutivo tuvieron poco impacto entre los analistas y el sector, que mantiene sus dudas sobre la viabilidad tanto de la inyección de capital como de la ofensiva de producto que se prevé ejecutar.
Stackmann también recordó que los coches afectados no son peligrosos, “son absolutamente seguros para la circulación”. Eso sí, declinó comentar a cuánto asciende la provisión que se ha realizado para pagar las revisiones o las devoluciones de vehículos que se acuerden porque la compañía siempre es discreta en este punto. Algo que tampoco ha gustado a los analistas, que reclaman la máxima transparencia para evitar que el desastre vaya a más.
Soria espera la lista de VW
Seat ha iniciado el recuento de los vehículos que se ensamblaron en la sede de Martorell (Barcelona) con los motores alterados. Los portavoces de la compañía manifestaron que en estos momentos no se monta ningún coche con ese modelo y que se colabora activamente con el Ministerio de Industria para ofrecerle todas las novedades de esta investigación interna.
El departamento dirigido por José Manuel Soria, por su parte, mantuvo un perfil discreto este jueves. El ministerio espera conocer la lista de Volkswagen para calibrar cuál será su próximo paso.
Acciones directas
El consejo de supervisión tiene este viernes una reunión titánica. Ya se conocen los nombres de los tres próximos directivos que serán despedidos y no se descarta que rueden más cabezas. Se esperan acciones directas que atajen una crisis que se ha llevado por delante la reputación de la marca Volkswagen, la de la calidad de la industria alemana y que arrastra al rojo las bolsas europeas y a las automovilísticas cotizadas.
Incluso en Ferrari, que debía hacer el salto al parqué a lo largo de la segunda mitad de febrero, se contempla esperar un poco a que las aguas se calmen. Por el momento, están demasiado revueltas.