La firma Deloitte ha estampado en el informe de auditoría de Comsa Emte una salvedad que implica subir las pérdidas en 41,4 millones de euros. La compañía regularizó los deterioros del fondo de comercio y el valor de algunas inversiones, así como activos y pasivos por impuesto diferido. Pero en vez de cargarlos contra resultados, lo hizo contra reservas. En consecuencia –según Deloitte– las pérdidas consolidadas que figuran en los estados contables, de 29,9 millones, se han de incrementar en otros 41,4 millones. Ello implica que el quebranto fue en realidad un 138% superior al declarado.
Comsa Emte suma, así, su tercer ejercicio deficitario consecutivo, con un saldo negativo conjunto de 217 millones. Esta cantidad se eleva a casi 270 millones si se incluyen las salvedades de 2013 y 2014.
Plan de negocio incumplido
La situación del mercado, con un fortísimo desplome de la obra pública y privada, no ha permitido cumplir el plan de negocio que en 2013 sirvió de base para refinanciar 926 millones de pasivo bancario, sobre una deuda financiera total de 1.242 millones.
Dicho acuerdo significó novar los préstamos que Comsa Emte tenía recibidos de 13 entidades, con la garantía de las compañías más importantes del grupo, amén de hipotecas sobre determinados bienes inmuebles, más prendas sobre las acciones de la sociedad holding y sobre los derechos de cobro frente a terceros, entre otras cautelas.
Nueva ronda negociadora con la banca
Lo malo del pacto con la banca es que estableció el vencimiento de los 926 millones en un pago único el 31 de diciembre de 2016. Dado que al día de hoy las perspectivas de poder cumplirlo son prácticamente nulas, los gestores de Comsa Emte han emprendido una ronda de negociaciones con las entidades acreedoras, a fin de lograr unos pactos que alarguen el plazo de amortización.
De momento, este mismo año el grupo se desprendió de sus participaciones en la línea 9 del Metro de Barcelona y en el Metro Ligero Oeste de Madrid, por las que obtuvo 155 millones, que aplicó de inmediato a reducir deudas por 152 millones, asociadas a una quitas de 38 millones.
Retornar al origen de Comsa
Asimismo, los accionistas han convertido préstamos otorgados a Comsa Emte por 26,7 millones en préstamos participativos, que se contabilizan como fondos propios.
Por lo demás, el nuevo plan estratégico prevé el reenfoque del negocio hacia las infraestructuras y la ingeniería, especialmente en obras ferroviarias, que fue el origen de la vieja Comsa. Además, para huir del marasmo interior, el grupo está concentrando sus esfuerzos en el mercado exterior, pero sólo en aquellos países donde tenga presencia estable.
Desciende la plantilla y las ventas
La cifra de negocio consolidada bajó el año pasado de 1.479 a 1.364 millones. El 53% del negocio se facturó en España. El máximo apogeo del grupo aconteció en 2011, con un giro de 2.167 millones. En los últimos cuatro años la plantilla ha menguado de 8.330 a 5.368 personas.
El flujo de caja fue positivo en 8 millones, si no se tiene en cuenta la salvedad de Deloitte. También fue favorable el resultado de explotación, cifrado en 15,8 millones, frente a pérdidas de 661.00 euros en 2013.
Sumarroca, apartados de la gestión
La familia Miarnau controla el 70% de Comsa Emte. El 30% restante se halla en manos de la polémica saga Sumarroca. Dados los apremiantes problemas judiciales de esa familia, el año pasado se convino que el vicepresidente Carles Sumarroca Claverol dejara la casa. De momento, su hermano Albert sigue en el consejo, pero sin funciones ejecutivas. Otro miembro de la hermandad, Jordi Sumarroca, sufrió detención y encarcelamiento este verano, por el presunto pago de mordidas a la fundación Catdem de Convergència Democràtica de Catalunya desde su constructora Teyco.
El consejo de Comsa Emte está presidido por Jorge Miarnau Montserrat y formado por cuatro sociedades de los Miarnau y tres de los Sumarroca, estas últimas representadas por Albert Sumarroca y el abogado Josep Lluís Vilaseca Requena.