La acogida de refugiados que huyen de la guerra de Siria a Europa también tiene consecuencias en el consumo. En Alemania, el gigante sueco Ikea ha comunicado que no puede cubrir la alta demanda de nuevas camas. La llegada de 37.000 personas en sólo una semana ha dejado al grupo sin stock.
Los productores locales también han alertado que han llegado al límite y que tampoco podrán servir más camas para los refugiados que quieren entrar en el país desde los Balcanes.
Las alarmas se han encendido en el país por la capacidad que tiene para dar respuesta a las necesidades básicas de los que llegan huyendo de los horrores de la guerra y del avance de Estado Islámico en Siria.
Debate financiero en Europa
Todo ello, el día después de que la Comisión Europea abra la puerta a relajar los límites al déficit presupuestario impuestos en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC), que establece un tope para el déficit público del 3%, por el impacto económico a las regiones la crisis de los refugiados. Se plantea incluso que se considere una circunstancia especial y que los Estados miembros gestionen los recursos que sean necesarios fuera de la contabilización del déficit, tal y como prevén las reglas europeas de disciplina fiscal.