Barcelona es un imán para el turismo internacional y las aerolíneas intentan tomar posiciones en el aeropuerto de la Ciudad Condal, El Prat, para responder a la demanda de los viajeros.
Singapore Airlines (Star Alliance) fue una de las primeras en iniciar conexiones de larga distancia. Abrió en marzo de 2011 la conexión hasta Sao Paulo desde Cataluña como extensión de su vuelo procedente de Singapur tres días a la semana. El éxito de esta ruta ha propiciado que se intente incrementar tanto las frecuencias como los destinos, pero todas las gestiones topan con trabas burocráticas.
Bloqueo de Fomento
“Existe un bloqueo del Ministerio de Fomento”, indican fuentes del departamento de Territorio de la Generalitat, liderado por Santi Vila, el político del gobierno autonómico que tiene alguna competencia en la materia. Las conversaciones para ampliar el servicio se repiten desde que la ruta cumplió su primer aniversario.
Todas las iniciativas han chocado con el mismo problema, según los mismos interlocutores: el Gobierno central facilita el vuelo directo hasta Madrid, pero pone problemas en el caso de Barcelona. La aerolínea intenta mantener un perfil bajo en sus peticiones. Declina hacer ruido sobre las trabas burocráticas con las que se ha topado por evitar que se incremente.
Slot compartido con Spanair
Singapore Airelines empezó a operar en Barcelona en código compartido con Spanair. La quiebra de la aerolínea catalana impulsada por capital público no afectó al slot, que pasó a explotar Singapore Airlines en solitario.
El ministerio que dirige Ana Pastor podría cancelarlo de forma inmediata tras la desaparición de la aerolínea catalana.
Korean Air estudia convertir Barcelona en escala
Otra compañía que se ha topado con la maraña administrativa de Fomento ha sido Korean Air (SkyTeam). El grupo opera varias veces por semana la conexión Seúl-Madrid, pero es consciente de que el 75% de los coreanos que se desplazan hasta España tienen como destino final la ciudad de Barcelona y ha intentado conseguir aterrizar en El Prat. De nuevo, el ministerio retrasa sine die autorizar la apertura de la nueva ruta.
La Generalitat mantiene los contactos con la compañía. La propuesta que ahora se estudia es copiar a Japan Airlines y All Nippon Airways si finalmente AENA les autoriza a aterrizar en El Prat. La parada de Barcelona se consideraría una escala en una ruta cuyo destino final sería el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.