Campaña electoral. A tres meses (presuntamente) de las elecciones generales, el Gobierno de Mariano Rajoy ha puesto en marcha la maquinaria de partido y no desperdicia ni uno de los minutos en el que controla el protagonismo del pulso político.
El debate planteado para que el Congreso avalara el tercer rescate griego de este martes (un trámite innecesario por la mayoría absoluta del PP) ha sido un escenario más en el que el ministro de Economía, Luis de Guindos, defendió entre líneas las políticas ejercidas durante los últimos cuatro años por la formación, incluso las poco populares como la subida de impuestos o la reforma laboral, y cargó contra los partidos de izquierdas. Podemos estuvo especialmente en la diana por su analogía con la coalición de izquierdas que gobierna Grecia, Syriza.
Privatización de los aeropuertos
El ministro manifestó que las propuestas “populistas” generan “espejismos” y “sólo dejan promesas incumplidas, frustración y descontento social”. Recordó que Alexis Tsipras alcanzó la presidencia helena con la máxima de no aplicar nuevos recortes al país. La intervención de De Guindos fue paralela a la autorización de la concesión en Grecia de un total de 14 aeropuertos regionales al consorcio de las empresas Fraport-Slentel por 1.230 millones de euros.
Tsipras privatizó para periodos que van de los 40 a los 50 años los aeródromos más turísticos del país --Thessalonica, Corfu, Rhodas, Kos o Santorini-- en contra de sus promesas electorales. Las necesidades económicas y el choque con la ortodoxia de la Unión Europea, con la Alemania de Angela Merkel al frente (que también tiene problemas internos al considerar que ha sido demasiado laxa con Syriza), han llevado al Gobierno heleno a plantear una cuestión de confianza.
Condiciones más estrictas
España podría caer en la misma trampa, alertó De Guindos (también de forma velada) ante el Congreso. “Las políticas irresponsables tienen un coste”. El ministro reprochó a Syriza que su actitud inicial ante Bruselas, cuando Yannis Varoufakis se encargaba de la negociación, ha derivado en un apoyo financiero mayor del que necesitaba antes de su ascenso y con unas condiciones más estrictas, según su interpretación.
“No existen atajos en la UE y sólo caben políticas fiscalmente responsables”. Tras esta afirmación, declaró abiertamente que España (y la gestión del PP) ha sido ejemplar para el resto de socios europeos. Igual que Irlanda y Portugal, los otros dos países que necesitaron asistencia económica de Bruselas --en el caso español el rescate se limitó a la banca-- para volver a la “senda de crecimiento y creación de empleo”.
10.150 millones para Grecia
Hasta aquí llegó el discurso electoral. De Guindos centró la segunda parte de su intervención a defender que España debía “mostrar la solidaridad con el país heleno como en los últimos seis años” y defendió su “continuidad en el euro”.
España se ha comprometido a aportar 10.150 millones de euros al nuevo programa de ayudas a Grecia, que podría llegar a los 86.000 millones en tres años con un primer tramo autorizado de 26.000 millones.
El montante total de la ayuda nacional al país heleno desde que quebró llega a los 34.000 millones.