El Gobierno de Portugal, presidido por Pedro Passos Coelho, ha anunciado que rescinde el contrato del metro de Oporto a la sociedad gestionada por Moventia, la empresa de la familia Martí Escursell, y Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) por falta de pagos. La concesionaria del servicio debía abonar una garantía de 20 millones de euros que vencía el pasado 11 de agosto.
El Ministerio de Economía luso indicó el viernes por la noche que estaba dispuesto a aceptar otro tipo de cauciones equivalentes a este montante, ya que así lo marcaban las condiciones del contrato.
Concesión de 400 millones
Tras diez días sin cumplir con los pliegos de condiciones de la concesión, el Ejecutivo da por cancelado el contrato con Transports Ciutat Comtal (TCC), la sociedad liderada por el grupo familiar presidido por Miquel Martí Escursell (67%) y participada por la empresa pública del Ayuntamiento de Barcelona (33%).
Pierden la gestión y el mantenimiento de los transportes públicos, metro y autobuses del área metropolitana de Oporto (STCP), la segunda ciudad de Portugal, por diez años, en la que viven 1,5 millones de personas. El contrato reportaba a la sociedad catalana 400 millones de euros; la misma cifra del importe de la facturación que anunció el pasado marzo el grupo de los Martí Escursell, poco dado a comentar los resultados económicos de la compañía.
Nueva licitación
La Secretaría de Estado y de Transportes lusa anunció que, tras la rescisión del contrato con el grupo catalán, abrirán una nueva privatización de la todavía estatal STCP. El Gobierno socialdemócrata mantiene que la gestión de un tercero es la única alternativa para que la empresa tenga viabilidad.
Transports Ciutat Comtal ganó el contrato a principios del ejercicio. El acuerdo se formalizó el pasado 23 de abril después de entregar una garantía bancaria de 17 millones de euros.
¿Problemas económicos en el grupo familiar?
El único cambio desde el 23 de abril hasta el momento de hacer frente al segundo desembolso de efectivo pactado en el contrato es el cambio de Gobierno en la capital catalana, con el desembarco de Ada Colau en la plaza Sant Jaume. Con todo, que el impago sea una decisión política parece poco probable por la condición de TMB como minoritaria en el TCC y por la larga trayectoria de esta sociedad, que se constituyó en 1991 y cuyos intereses ya han sobrevivido a un cambio de color político municipal (cuando CiU desplazó al PSC en la pasada legislatura).
Todas las miradas están puestas ahora en Moventia y los supuestos problemas económicos que han hecho imposible hacer frente al pago de la garantía. Ni el presidente, que compagina la vicepresidencia de la compañía con la de la patronal de los empresarios independentistas, Femcat, ni nadie de la compañía han hecho declaraciones sobre la pérdida de la concesión. La empresa que se dedica a los transportes públicos es una de las compañías familiares catalanas de referencia, incluidas por su trayectoria y aportación a la economía local en el libro Capitanes de industria. Explicados por sus hijos de Francesc Canosa Ferran.
La pérdida del contrato de Oporto supone un varapalo para el proceso de internacionalización iniciado por el consorcio catalán. Ganar el concurso internacional a principios de año supuso un empujón para su plan estratégico que ahora se deberá revisar.