El Parlamento griego ha necesitado toda la noche para autorizar al primer ministro, Alexis Tsipras, a poner en marcha los ajustes marcados por la Unión Europea para recibir el tercer rescate financiero del país. El debate se ha iniciado a las 3.45 horas de la madrugada (una hora menos en España) y ha finalizado con 222 votos favorables, 64 en contra, 11 abstenciones y tres ausencias en la Cámara, que tiene 300 diputados.
El primer tramo de la ayuda de hasta 85.000 millones de euros se desbloqueará cuando los socios comunitarios den el visto bueno al plan, un trámite que prácticamente se considera burocrático.
En la noche helena, Tsipras tomó la palabra antes de la votación y pidió el respalde al plan como un gesto “necesario” para el país. Su discurso también se centró en defender al ministro de Finanzas, Euclid Tsakalotos, por cómo llevó las negociaciones. Alabó su resistencia para evitar un nuevo crédito puente que habría sumido a Grecia en una “crisis sin fin” al ser una ayuda provisional.
Oposición de Syriza
Sin embargo, los mensajes del primer ministro han seguido sin convencer a todos sus compañeros de grupo. Parte de la coalición gobernante, Syriza, se ha opuesto a bendecir los nuevos ajustes. Concretamente, 43 parlamentarios.
Tsipras y Tsakalotos han recibido el apoyo de los principales partidos de la oposición, entre ellos el conservador Nueva Democracia, para proceder a aplicar las medidas del memorándum pactado en Bruselas.
Moción de confianza después del 20 de agosto
El rescate está asegurado, pero el futuro político del país pende de un hilo por la crisis interna de Syriza. Los apoyos de las bancadas de la coalición de Gobierno no han llegado a los 122 parlamentarios, un límite psicológico que se había marcado el primer ministro para garantizar la estabilidad en la cámara, ahora resquebrajada.
Tsipras tiene previsto presentar una moción de confianza para preguntar sobre la continuidad de su Gobierno después del 20 de agosto, según la prensa helena. Esa es la fecha en que Grecia debe hacer frente a un vencimiento de deuda con el Banco Central Europeo (BCE), el pago que ha propiciado la agenda de las negociaciones del tercer rescate.