Ryanair, la compañía líder en vuelos low cost en Europa, ha empezado a dar pasos para conseguir enlaces de larga distancia y entrar así en el negocio de las grandes aerolíneas que operan entre destinos intercontinentales. Es un giro de 180 grados en la política que hasta ahora había mantenido la agresiva compañía irlandesa.
Los responsables de la firma de Dublín se han puesto en contacto con International Airlines Group (British Airways, Iberia y Vueling), Aer Lingus (sobre la que IAG ha lanzado una OPA) y la portuguesa TAP para alcanzar un acuerdo que le permita proveer de vuelos de conexión a los servicios de larga distancia que operan sus rivales.
El mercado latinoamericano
El movimiento es la mayor apertura hasta la fecha de la aerolínea irlandesa, que tradicionalmente ha sido reacia a trasferir a pasajeros por los costes que supone. La selección de los interlocutores anuncia un enfoque sustancial al mercado latinoamericano.
Si alcanzan un acuerdo, los usuarios comprarían los billetes a Aer Lingus, por ejemplo, que asumiría la responsabilidad de transferir el equipaje y gestionar las posibles conexiones perdidas, según Michael O’Leary, consejero delegado de Ryanair.
Tres negociaciones a la vez
"Estamos en conversaciones muy activas con Aer Lingus aquí en Dublín, con IAG en Reino Unido y con TAP en Portugal", añadió O'Leary.
"No veo razones para que el acuerdo no pueda producirse este invierno, en noviembre", con Aer Lingus, dijo. Las conversaciones con IAG están relacionadas con un futuro servicio de larga distancia desde el hub de Ryanair en Stansted, declaró.