Los responsables de patrimonio histórico del Estado se han ido recientemente de compras por las casas de subasta de Barcelona. El Ministerio de Cultura reconoce que ha pujado por siete lotes distintos en varias salas de la capital catalana cuyo valor total asciende a los 21.720 euros.
El gesto del Gobierno implica, en la práctica, que los objetos por los que ha mostrado su interés pasen directamente a formar parte de los fondos culturales del Estado. Tiene el derecho a tanteo previo a cualquier subasta pública de bienes históricos que se realice en el país. De este modo, protege sus intereses económicos ante una puja internacional por los bienes muebles que se vendan al mejor postor.
Cinco salas de Barcelona
Hay cuatro salas de Barcelona que cobrarán del Ministerio de Cultura. El centro Subarna es el que menos recibirá. El Estado pagará 700 euros por hacerse con un cartel original de la Exposición Universal que se celebró en 1929 en la capital catalana.
La sala Balclis, una de las más conocidas entre los inversores de arte, recibirá 16.600 euros de los fondos públicos por dos lotes distintos. El primero de ellos es un “especiero de Manises (Comunidad Valenciana) en loza de reflejo metálico” del siglo XVII, de ocho centímetros de alto y 29 de diámetro. El precio de remate que ofrece el Ejecutivo son 1.600 euros.
La misma casa de subastas cobrará más por la escultura del niño Jesús bendiciendo, Salvator Mundi, que data de principios del siglo XVII y es de la escuela cíngalo-portuguesa. Los 15.000 euros ofrecido también es una cantidad muy por debajo de lo que se podría haber obtenido con una puja pública.
3.370 euros en cartas
Patrimonio histórico paga por escritos que puedan ser interesantes para la historia de España. Concretamente, 3.370 euros a la sala Soler y Llach por un conjunto de 32 cartas que se escribieron entre 1896 y 1897 en Cuba entre varios hermanos del Marqués de Cerralbo.
La misma compañía especializada en historia postal, entre otros, pretendía sacar a subasta un “excepcional conjunto de documentación carlista”: dos archivadores con escritos del jefe carlista en Madrid, el Conde de Casasola. También incluye correspondencias entre este y el Conde de Melgar, secretario del Rey y Matías Barrios Mier, su sustituto en el cargo.
Miniatura para acuñar una moneda de 1.604
La última sala donde ha pujado el ministerio es la Áureo y Calicó. Se incorporará a los fondos del Estado por 1.050 euros una participación de cinco céntimos de una empresa colectivizada de Viñas, Goig, del Pla del Besós.
El segundo lote que se ha comprado por el mismo precio es una miniatura de la maquinaria precisa para acuñar una moneda de 1.604 (con la cara de Felipe III). Cuenta con “todos sus engranajes y mecanismos aptos para acuñar, pulir y recortar pequeñas fantasías réplica del real de monograma” dentro de una caja de madera.