La economía española crecerá el 3,2% este año, una décima menos de lo que pronostican tanto el Gobierno como el Banco de España y dos décimas más de lo que había calculado en su última previsión del BBVA. Mantiene el 2,7% de estimación para 2016.
Como el resto de los analistas, prevé cierta ralentización del crecimiento en la segunda parte de 2015, cuando el PIB podría crecer sólo un 0,7% entre julio y septiembre tras haberse incrementado un 0,9% y un 1% en los dos primeros trimestres del año.
Esto sugiere que la economía habría alcanzado su "velocidad punta de crecimiento" en el segundo trimestre, aunque las cifras siguen siendo mejores de lo que se estimaban hace tres meses, lo que explica la revisión al alza de las previsiones para 2015.
Un segundo semestre distinto
Tras la moderación del crecimiento están los datos de empleo, puesto que la aportación al crecimiento de la ocupación en el sector público será menor; la inversión en maquinaria y equipo, que registra tasas de crecimiento algo por debajo de lo que se preveía hace seis meses, y la recuperación de la oferta de vivienda, que está siendo algo más lenta de lo previsto.
Aunque la economía española continuará disfrutando de "vientos de cola" que apoyarán el crecimiento, algunos factores podrían "limitar su fuerza", como la revisión a la baja de las economías emergentes y de las desarrolladas, la menor actividad a nivel mundial o la tensión de la negociaciones entre Grecia y el resto de la UEM, que ha supuesto un aumento moderado de la prima de riesgo que paga la economía española, lo que establece un suelo más elevado para las ganancias de competitividad de las empresas.