El 91,5% de los contratos firmados en julio en España son temporales. Los más comunes en las altas registradas en las Oficinas Públicas de los Servicios de Empleo, el antiguo Inem, son los de tiempo parcial. Llegan al 34,94% del total --627.452 de 1,79 millones-- y representan el modelo con mayor precariedad, según denuncian los sindicatos.

Nuevos contratos: 1.795.713 ( 9,15% respecto el año anterior)
Indefinidos 123.839 Tiempo completo: 74.312
Tiempo parcial: 49.527
Carácter formativo 28.376  
Otro tipo de temporales 1.643.498 Obra y servicio tiempo completo: 438.907
Eventuales por circunstancia de producción: 451.983
Temporales a jornada parcial: 627.452


Esta cifra crece respecto al mes anterior. En junio, la tasa fu del 33,72% con 582.006 altas de un total de 1,72 millones, según los datos oficiales del Ministerio de Empleo.

Más eventuales

También crecen en julio las contrataciones bajo la modalidad de necesidades de producción. El 25,17% de las altas eligieron esta tipología contractual de trabajadores eventuales, cuya duración en el tiempo es muy limitada y pivota básicamente en la demanda de mano de obra del sector servicios.

Representa un avance si se compara con las cifras de junio. En el arranque de la temporada estival se registraron 444.032 altas eventuales, el 25,72% del total.

También baja la contratación temporal a tiempo completo, la que va ligada a mayores retribuciones. En julio se quedó en el 24,4% del total (438.907), frente a las 445.806 (25,83%) registradas el mes anterior.

Bajan los contratos indefinidos

Con todo ello, la contratación indefinida baja del 7,3% al 6,89% del total. Sólo se firmaron 123.893 altas de este tipo. Cabe tener en cuenta que el 40% fueron a tiempo parcial, un modelo que también comporta precariedad laboral al registrar menos horas productivas y, lógicamente, una sueldo inferior.

Sólo se mantienen estables los contratos de carácter formativo, que representan el 1,5% del total de las altas de julio (28.376).

Esta cifra implica un varapalo a las políticas impulsadas por la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, que implementó esta modalidad en la Reforma Laboral como el camino que debía llevar a la incorporación al mercado laboral de los más jóvenes. Su impacto real en la reducción del desempleo del colectivo es testimonial.