La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha aparcado los complejos a la hora de suplir una de las grandes carencias de BComú, la falta de perfiles de mando preparados para ponerse al frente de una Administración tan compleja como la del Ayuntamiento de Barcelona. El equipo de Gobierno municipal ha decidido pescar en las filas CIU, la coalición que fue su gran adversario político en los comicios locales de mayo para hallar a un alto cargo que pilote las cuestiones medioambientales del Área Metropolitana de Barcelona (AMB).
El actual gerente del Incasòl, Joan Pinyol, se incorporará pasadas las vacaciones al ente supramunicipal. Ha firmado su nombramiento la cuarta teniente de alcalde, Janet Sanz (originaria de las filas de ICV). Fuentes del Ayuntamiento indican que los motivos de la designación parten de su “conocimiento de la materia, expertise y trayectoria en el sector”.
Ex gerente del ACA con Recoder
Pinyol es muy conocido especialmente en el sector del agua. Desembarcó en el Incasòl en abril de 2014 desde la Agencia Catalana del Agua (ACA), donde desempeñaba un cargo del mismo nivel en la primera legislatura de Artur Mas. De hecho, fue el último alto directivo de la etapa Recoder (cuando el ex alcalde de Sant Cugat del Vallès lideraba el departamento de Territorio y Sostenibilidad) en salir de la empresa pública. Su designación ha causado sorpresa en medios políticos, que consideran que el nuevo equipo municipal no dispone de técnicos de reconocida cualificación para desarrollar funciones específicas en la Administración.
Mas creó para Pinyol un cargo ad hoc en la compañía dedicada a la promoción del suelo residencial, industrial y rehabilitación del patrimonio histórico de la Generalitat. También se le mantuvo la retribución anual, que llegaba a los 95.000 euros brutos como gerente del ACA y miembro de su consejo de administración. El sueldo municipal aún no se ha hecho público.
Salpicado por la ‘guerra del agua’
Los portavoces del ACA alegaron en ese momento que el cambio se debía a una necesidad de afrontar nuevos retos profesionales más allá del negocio del agua. Es el sector que se conoce más, ya que durante más de 10 años había ocupado varios cargos directivos en Aguas de Barcelona (Agbar).
En ese momento ya se apuntó que existía un trasfondo político al apartarlo del ACA, donde el gran éxito que se reivindicó de su etapa de gestión fue la refinanciación de una deuda de 1.400 millones de euros junto a su ex compañero de trabajo en Agbar y máximo responsable en ese momento de la empresa pública, Leonard Carcolé.
Otro de los grandes hitos de la compañía fue pilotar en un primer momento la gran privatización de Aigües Ter Llobregat (ATLL). A pesar de que no era competencia del ACA, ya que la gestora de agua en alta (gestión del recurso del lugar de captación a los depósitos de cabecera de los municipios) quedaba fuera de sus atribuciones, la agencia se encarga de la gestión en baja (saneamiento y distribución local), trabajaron como expertos de la materia en establecer las bases de un concurso público que ha derivado en la guerra del agua en Cataluña.
Revisión de la gestora mixta del agua
Pinyol recupera unas atribuciones de las que se distanció con la incorporación a las filas del BComú. Colau ha marcado como una prioridad básica en el Área Metropolitana de Barcelona hacer una “revisión profunda” del proceso de creación de una empresa mixta participada por la Administración y con Agbar como socio mayoritario que se encarga de la gestión del recurso.
Su vinculación al concurso de ATLL le hace poco sospechoso de estar alineado con los intereses de su antigua empresa, indican otras fuentes del entorno de la alcaldesa. La compañía con sede en Barcelona pujó para llevarse un contrato que finalmente quedó en manos de Acciona y es la impulsora de las causas judiciales que se han girado contra los intereses de la Generalitat y del grupo de los Entrecanales. Por ello, era el perfil ideal para representar a BComú en el organismo, indican los mismos interlocutores.