Sol Daurella, la presidenta de Coca-Cola Iberian Partners, tiene que pactar con Ulrik Nehammer, su homólogo en Coca-Cola Erfrischungsgetränke, cómo unifican sus negocios. Así, nacería una embotelladora única para todo el continente.
Tras esta negociación se encuentra el headquarter de la multinacional, que tiene voz y voto en este proceso al retener parte del negocio de Europa occidental a través de Coca-Cola Enterprises.
Eliminar duplicidades para bajar costes
La todopoderosa Atlanta (EEUU), sede internacional del grupo, da un paso más en su estrategia internacional de limitar lo máximo posible los proveedores y colaboradores que trabajan en la órbita de la compañía.
El declive de las ventas de refrescos por las críticas y la cada vez peor imagen que tienen las bebidas azucaradas propició la reducción de los costes fijos. El grupo busca que las filiales sean lo más grandes y eficientes posibles, por lo que pide que se eliminen duplicidades.
Unificació en España en 2013
Los Daurella han sacado tajada de esta directriz. Fue la que motivó en 2013 la fusión de las siete compañías que operaban en la Península Ibérica (Cobega, Casbega, Colebega, Rendelsur, Begano, Norbega, Asturbega y el embotellador portugués) y nació el grupo actual, con sede en Madrid.
La familia catalana, los primeros en distribuir el refresco en España, se garantizaron el control ejecutivo primero y accionarial después. A principios de semana explicó que habían desembolsado 800 millones para hacerse con el 55% del capital de Coca-Cola Iberian Partners (controlaban hasta ahora el 42%), el sexto embotellador más grande de la multinacional con unas ventas de 3.010 millones y unos beneficios de 311 millones al cierre de 214.
Conversaciones en marcha
Las conversaciones para fusionarse con la compañía alemana y dar a luz al embotellador único europeo ya han empezado, según The Wall Street Journal.
La principal fortaleza de la empresa española es que la valoración del grupo ha aumentado de los 5.050 millones a los 5.300 en tan sólo dos años tras la fusión. Su fortaleza en la contabilidad pierde valor a los ojos de Atlanta por la gestión de la reestructuración de la masa laboral que se inició tras la fusión.
La gestión laboral, el punto débil de Daurella
La Audiencia Nacional anuló el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que presentaron por defectos de forma y la embotelladora se ha visto obligada a reabrir una de las cuatro plantas que cerró, la de Fuenlabrada (Madrid).
El conflicto laboral sigue latente y los empleados han priorizado al visibilidad social para conseguir que la empresa de su brazo a torcer y ceda en algunos puntos. Otro mazazo a la imagen de marca de la compañía que podría tener sus consecuencias en la nueva negociación a nivel europeo.