Uno de los grandes objetivos de la reforma laboral de 2012 era modificar la estructura de la negociación colectiva para restar poder a los sindicatos y dar prioridad al ámbito de la empresa frente al sectorial, provincial o estatal en las decisiones sobre salarios, horarios y organización.
Ese era el objetivo porque tanto el Gobierno del PP como las patronales consideraron que cuanto más reducido es el marco de la negociación, más posibilidades hay de encontrar puntos de acuerdo que no perjudiquen los intereses de las empresas.
Objetivo no cumplido
Los datos, tres años después, demuestran que la reforma no ha conseguido su objetivo. De haber sido así, las empresas con convenio propio habrían logrado, al menos, que sus costes laborales crecieran menos que lo de las compañías que se regulan por acuerdos de ámbito mayor, sea provincial o estatal.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha informado que en 2014 el coste laboral medio de las empresas que negocian directamente con sus trabajadores fue de 36.821 euros anuales.
Más caro que el ámbito provincial
Esa cantidad supone un 46% más que el que soportaron las empresas sometidas a convenios de ámbito provincial o autonómico. El mismo concepto para corporaciones que se regulan por convenios de ámbito estatal fue de 30.567 euros, un 20,5% menos que las de convenio propio.
No es un fenómeno de ahora. La Encuesta Anual de Costes Laborales (EACL) que elabora el INE correspondiente a 2012, el año de la reforma, tenía el mismo perfil.
Igual que hace dos años
El coste laboral anual neto por trabajador en las empresas de convenio propio fue de 37.292 euros, es decir apenas el 1,27% más que ahora. En ese momento, regirse por una negociación estatal era un 19% más barato y hacerlo a través de ámbito intermedio, el 47,6%.
En lo que se refiere a los costes por sectores, el año pasado los de los trabajadores de la industria eran los más elevados, 36.865 euros. En el de servicios, fue de 21.757; mientras que en la construcción se situaron en 22.755 euros anuales.
La desigualdad entre distintos trabajadores con empleo se ve reflejada en las cifras del INE: 18.500 euros para uno de la hostelería, frente a los 79.676 de uno que pertenezca al sector energético.