215 empleados despedidos en tan sólo un mes. La liquidación de Banco de Madrid ha impactado en la fuerza laboral de la entidad de forma traumática. El expediente de regulación de empleo (ERE) se ha completado con la salida del 75% de la plantilla, ya que sólo 25 empleados se apuntaron a la propuesta de baja voluntaria.
La administración concursal de la entidad --Legal y Económico Administradores Concursales SLP, Data Concursal y la Agencia Española de la Administración Tributaria (AEAT)-- pactó con la plantilla una indemnización de 33 días de salario por año trabajado con un tope de 24 mensualidades. El acuerdo excluye el pago de blindajes pero se compensa cada cuatro años de antigüedad con una mensualidad suplementario, 1.400 euros por ejercicio completado y 15.000 adicionales para los empleados de mayor edad.
Pulso con los dueños andorranos de la entidad
Banco de Madrid puede hacer frente a este plan social gracias a los fondos que disponía en el momento de la quiebra. Es en este punto donde chocan los gestores concursales y los antiguos propietarios del banco, Banca Privada d’Andorra (BPA), también intervenido.
Mientras los primeros justificaron que la entidad privada se debía liquidar porque presentaba un agujero patrimonial de más de 150 millones de euros, los administradores concursales del Principado afirmaron que existe suficiente capital para hacer frente a los 981 millones de pasivo que se exigían cuando se declaró en quiebra. Por ello, presentaron un recurso ante el juez pendiente de resolver en el que solicitaban que se parara el desarme de Banco de Madrid y se iniciara su venta directa a terceros.
Superávit de 42,8 millones
Al margen del pulso entre administradores, la administración concursal de la entidad española determina en su informe provisional que existe un superávit patrimonial de 42,8 millones de euros. Los créditos concursales alcanzan los 416,4 millones y los contra la masa, que se pagan de forma prioritaria en el momento en que se ejecute la liquidación, en 2,2 millones.
El documento también indica que el 25% de la plantilla restante que no se ha visto afectada por el ERE dejará la entidad en dos oleadas de despidos más que tendrán lugar entre el último trimestre de este ejercicio y el año próximo. La fuerza laboral se eliminará por completo “salvo necesidades organizativas”.